Uno aquí camina tranquilo por la calle de arriba
o la que está junto al lago que se mantiene quieto como durmiendo o soñando.
Uno aquí va caminando y de pronto:
¡Buenos días!
¿Cómo amaneció?
Aquí o allá, en todas partes la gente…
Las hamacas tristes a veces solitarias
guindadas en los porchecitos con las paredes rayadas a veces sólo con el figureo del viento
entre las ramitas de los laureles de la India.
Uno aquí va en la mañana y siempre viene alguien a caballo con su sombrero de paja y un par de pesares en la alforja.
De vez en cuando suenan las campanas de la iglesia anuncian la misa los domingos o la muerte.
En la quietud de las madrugadas los hijos abandonan a sus madres
y los padres abandonan a sus hijos, se van en los botecitos lago adentro
con el frío entre las manos y la esperanza de una buena pesca
Guapote Mojarra Tilapia,
Machaca…
Los fines de semana la gente se emborracha,
los domingos en la calle anda el sol insoportable y alguno que otro dicho de cantina en cantina
y de boca en boca
“Jodássss, como dijo la Tulita”.
En los velorios anda casi todo el pueblo,
casi todos se conocen o vienen por algún parentesco,
plática común en las velas —era primo de mi mama—
o algún comentario que busca la genealogía de todo un pueblo
dignidad obrero-campesina.
A veces todo mundo está en silencio, como cansados de hablar
y el único lenguaje es el del humo del café y los cigarros por aquí y por allá.
¡Ffffffffffffffff! En mayo anda la gente alegre
esperan con ansias el grito de puerta
que grita el montador desde los lomos de un toro
las mujeres se van más temprano a lavar la ropa ajena en los tapesquitos de caña con el agua hasta la cintura; ahí comentan de lo ocurrido el día anterior
que fulano andaba con fulana o de la noche de fiestas
o de los chinamos
donde algún hombre casado se enredó con una puta (tachado puta)
para que ninguna mujer tenga de prostituirse. En invierno el muelle se mantiene triste
los chavalos, los viejos,
casi nadie se asoma,
ya no van a pescar con sus varitas,
el lago se torna como pliego de papel casi como un espejo,
espera la hora del viento,
entonces se retuerce como mujer pariendo con un dolor quién sabe dónde.
Los viejos me dijeron que son dolores del pasado.
La revolución es el pan en la mesa
los niños en la escuela
es la tierra y el campesino que la trabaja
es el verde del campo y el azul del cielo
es una calle toda llena de gente
un pichel de pinol
el obrero y el artesano
la revolución son las universidades públicas
la salud y la educación gratuitas,
es cachimbiarse para que no caiga otra noche
es el futuro cargado de esperanzas
y el peor dolor de cabeza de los ricos.
Somos sombra vacía
un siglo de voces perdidas
miles de manos caídas
migrantes de la nada o tumba desnuda
Somos… hombre que pasa
enjambre de olvido
eternidad disfrazada de pájaro o nube que cae.
Somos lánguida esfera de espuma remota
un grito que chupa dolor
bagazo del último beso
un brazo exprimido.
Somos aspiraciones perdidas
entusiasmos dispersos
perturbación de la sangre
puros recuerdos, la historia de nadie.
Somos sonrisa marchita, caras de angustia,
vida ambulante de un pálido paisaje.
Somos remordimiento de otros, la risa de todos,
así vivimos, llorando de hambre recordando un nombre y arrastrando una esperanza.
En nombre de quienes callan
y con la cabeza gacha sólo saben decir que sí.
En nombre de los que en vida tienen el alma sepultada.
En nombre de quienes el frío les ha consumido la fuerza.
En nombre de quienes el hambre les ha quitado la voz.
Acuso a los poetas
que cantan alegría en medio de muerte, de dominio, de imperios.
Acuso a los asalariados de la palabra,
que escriben mas nunca dicen nada.
Acuso a los poetas
que pintan flamantísimas ciudades en medio de desperdicios oscuros.
Acuso a los poetas
que olvidaron a los proletarios
que mueren en el mundo por la salud privatizada.
Acuso a los poetas
que olvidaron a los niños
que viven de limpiar la mugre ajena.
Acuso a los poetas
que olvidaron a los vendeagua helada.
En nombre de todos ellos
de los choferes,
de las prostitutas, de los indigentes,
de los campesinos que mueren
por la mano criminal del despojo
en nombre de todos ellos, les digo:
¡Ay! Poetas, el pueblo y la historia los juzgará.
Hubo un tiempo que Nicaragua no fue de los nicaragüenses,
los nicaragüenses no teníamos patria,
en el pasado la tradición política en Nicaragua estuvo dominada por los apátridas,
una camarilla de burgueses
que no tienen patria en Nicaragua
sino que tuvieron una finca entre océanos
que limita al norte con Honduras y al sur con Costa Rica
es hora de aceptarlo, todos esos semerendos apátridas fueron elaborados en the white house
su genética es la mentira, el odio,
son falsificadores de la historia,
una historia vieja escrita por la CIA
y sus agentes de publicidad
plumíferos oligarcas pseudoescritores al servicio del imperio
y la burguesía gubernamental yanqui
pero todo eso se acabó, ya no volverá jamás,
somos el pueblo mismo escribiendo la historia
una historia distinta.
Toda la vieja historia ha sido condenada
echada a la hoguera de la verdad,
toda esa historia vieja ya no volverá jamás.
La educación no volverá a comprarse,
la salud no volverá a comprarse,
los derechos no serán un lujo, un privilegio.
Desde 1821 nuestra historia estuvo mal versada,
mal contada, en esa historia pasada, es decir, muerta nada tenía sentido, sólo la muerte,
en toda esa historia no existió la paz, Nicaragua no significaba nada
la paz no significaba nada,
en este tiempo el pueblo fue explotado hasta reventarle las venas y
esta es la verdad de un tiempo en Nicaragua,
en ese tiempo el presidente de Estados Unidos
también fue presidente de Nicaragua, es decir,
en Nicaragua no hubo elecciones y cuando las hubo
fue para votar por el presidente electo en los Estados Unidos
pero por primera vez en Nicaragua eso no volverá jamás
la ignominia ha sido fusilada
la revolución ha echado a andar
los nicaragüenses definen lo que es nicaragüense
y la revolución es el futuro.
La vida por primera vez es vida
y no miseria ni explotación
y la paz es apreciada y se conoce
y se toca todos los días
y se construye todos los días
y el frente es la esperanza de todos
para que no vuelvan a gobernar los estafadores
para que no vuelvan a gobernar los apátridas
banqueros de Wall Street
todo eso es el pasado, pero ya no volverá jamás
Nicaragua es ahora un país serio
y por serio entendamos que existe
la clase obrera y los campesinos lo fertilizan
los estudiantes y la revolución
le curan la resaca histórica impuesta por los traficantes de la guerra,
los enemigos de la paz,
pero eso no volverá jamás.
Paulina García González
Antonio Ramírez
Silvia Quezada
Fernando Sorrentino Argentina
Teresa Figueroa Damián
Luis Rico Chávez
Pintura
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