Para MES
De todas las mujeres, la más bella
recorre con sus pies desnudos las losas de mi casa
dejando su perfume en todos lados
semejando una rosa sonriente refrescante.
De todas las mujeres, la más bella
se sienta en esta mesa, y duerme
entre sábanas libres con las que apenas cubre
vaporosa, su pecho...
La más joven y bella deja a su paso largo
una estela de amor con que me abraza.
Ella cuida la casa para que el mal no venga
Sus actos aligeran todas las cosas negras que sus manos coloran
No tiene semejantes, desnuda como estrella
en cuanto el sol se pone
y transforma las penas en alegrías disformes
en encuentros de pronto
en palabras directas los amplios pensamientos.
Ella cuida la casa y la vuelve otra cosa
más cercana a nosotros
más acorde a las ansias
más fina y duradera.
Al llegar la mañana, me levanto silente
a calentar el agua.
El café se despliega para abrirme los ojos
y entronarme las cosas.
A veces tomo un lápiz para darle a mi espíritu
forma de pensamiento.
A veces sólo dejo que me invada un espasmo
para entrar en contacto con todo el universo.
Ella sigue dormida, pero en mis manos
su piel hace de puente para tocarle el alma
encendida de voces escuchadas en sueños
llamados de otros tiempos.
La ciudad se despierta con los cantos del gallo
metido en una cerca construida en la azotea.
La ciudad tiene rasgos que la hacen diferente
y guarda en sus rincones los recuerdos añejos de su vida pasada.
Conserva en sus roperos esos viejos vestidos
elegantes y ricos, junto con sus alhajas.
La ciudad tiene nombre de nueve literales
Por las noches se acuesta a dormir en mi almohada.
Tiene todas las formas en lugares precisos
Sus luces y sus aguas
sus puentes y sus parques
sus calles y sus baches
sus hondonadas.
En lugares precisos, donde mi mano toca
lugares a la mano donde mis besos caen como gotas pesadas
levantando el aroma y el sabor de las sales
para avivar mi lengua.
Tiene todas sus formas y todas se transforman
de valles en montañas
y de lagos a mares
de arroyuelos a ríos
de vientos a tormentas
para elevar los bríos.
No recuerdo mis sueños aunque son a colores
Una imagen aislada vuela como un albatros
Una palabra henchida aumenta mis pulmones
aligera mis piernas
le da brillo a mis ojos.
No recuerdo mis sueños, sólo sus manos
electrizando todo como nubes oscuras a punto de tormenta
Sus rayos y centellas iluminan mis noches
mueven todos mis bosques
y mis aguas se elevan con ganas de alcanzarlas
y en el extremo mi cuerpo se convierte cima de la montaña
La nube se desgaja para inundarlo todo
para engendrar la vida.
De todas las mujeres, la más joven
De todas las mujeres, la más bella
De todas las mujeres, la que logra
transformar estos brazos en alas
la cabeza en un cielo donde todo convive
los pies en las raíces de todo lo que existe
los pulmones en fuelle para hacer los metales
piezas para el labrado
los ojos en estrellas donde el fuego
troquela todas sus experiencias.
De todas las mujeres, la que barre
la escoria abigarrada al intestino
el dolor que endurece todas las partes suaves
el pesar y la angustia
la tristeza que tuvo por añales su nido sobre mis dos riñones
la que movió la esfera e hizo el cambio del mundo.
El sol sale del norte de mi casa
sigue la senda roja de mis padres
hasta llegar al bosque donde viven
libres como las aves
los espíritus vivos
de los que antecedieron.
El sol sale del norte
de paso nos visita y nos avisa
que irá con nuestros padres
que llevará noticias de este mundo
para enterarlos
y se toma un café, charla un momento
y se va con las sombras
dejando una chicharra en una oreja
para que nos avise su regreso.
Pero todo esto es nada sin la danza que baila
en la madrugada.
Pero todo esto es nada sin su paso descalzo
en las frescas mañanas.
Pero todo esto es nada sin su amor que perfuma
toda la estancia
Pero todo esto es nada
porque el sol no vendría a mi casa
si ella no la cuidara.
Para ella respirar es expresión de amor irreluctante
Hablar es otra forma
reír, andar, mirar.
Su vida es expresión de todo lo que pasa
en la ciudad, el mundo, el universo mismo
Se vuelve la ciudad, el sol, la luna
Se vuelve cada cosa y se inventa a sí misma
y nos inventa a todos con sólo respirar,
con expresarse.
Quien la mira a los ojos descubre nuevas tierras
paraísos perdidos, bellezas olvidadas, vidas rendidas.
Quien la mira a los ojos mira toda la historia
y la vive de nuevo
Porque ella tiene todo lo que el hombre ha construido
Porque ella es la memoria del hombre y sus pasiones
La memoria y la vida
el presente el futuro y el pasado completos.
Quien la mira a los ojos entra en un laberinto
donde puede encontrarse
o perecer ahogado cuando el sol se remece entre el mar y las rocas.
Cuando el mundo era oscuro y lleno de amarguras,
aguas verdes viscosas rodeaban los espacios
vitales de los seres humanos, porque habían caído en garras del pecado
al sentirse los seres más perfectos de todo.
Negaron la existencia y en su lugar procrearon relaciones absurdas que los aprisionaban.
Enfocaron sus fuerzas al engendro de bestias que luego los domaron
haciéndolos esclavos de sus propias creaciones.
Generaron las guerras para que los vencidos fueran sus servidores
y dieron luz a un modo de vivir y mirar
que los hacía odiar a los que no tuvieran esas mismas maneras.
En un lugar del mundo y de forma azarosa un sujeto en un sueño recordó la manera
cómo hacer que la paz regresara a este mundo.
Y en respuesta a su sueño vino la más hermosa,
la más joven y bella mujer ante sus ojos,
y él se embriagó en su vista
y el amor despertó fuego de sus entrañas...
Zaraí Negrete
Patricia Fernández Serrano
Mariana Gascón Olmos
José Ángel Lizardo
Carolina Escobar Colombia
Teresa Figueroa Damián
Margarita Hernández Contreras
Sofía Sandoval Cisneros