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Poemas

Rolando Revagliatti Argentina


Chiste

Calcaré
               sin maestría
un chiste por si las nupcias

Posareme
               como pata de galgo
sobre la escritura invisible
de tu tinta ilesa

Voy a hacer que mi estancia en esta
te conmueva
voy a cabalgar un caballo cáustico
que únicamente me traiga de regreso

Arrojareme
invadido por un atroz romanticismo pulmonar
a las secas aguas
de la borra ilustre
de tu vino grueso

Voy a sacar mi pobre reloj de la bañera
no sea que el tiempo se moje en serio
y que la pólvora.


La raíz

Ella se propuso incendiarme el camino
contrastar la roca y el silencio
bordear el horizonte con sus rulos y trinos
desbrozar la soledad y el sol eléctrico

Yo dispuse sus manos sobre toda la herida
de mi látigo terco
ahondé la claridad
               la oscuridad
                              la decidida
inicial de su cuerpo

Ella se deslizó como la gota plena
como una fiebre verde y bienvenida
como un reloj de arena o como arena
y extendida

Yo sepulté la racha de la umbrosa
constelación de pájaros y lenguas
unté sus manos
               otra vez
                              su rosa
constituí en ausencia

No se puede vivir con tanta muerte
                                             ni morir
ni se sabe qué hacer con la sed
                                             y con el hambre
donde ponemos la agonía
                              algo
                                             no cabe

Otro pájaro o el mismo
incrustó su pico
en la única
               raíz.


Esa

Esa mujer es un tugurio
no es parecida a ninguna alondra
no escatima su perfil más bárbaro
la ufana su estirpe gangosa
grávida cuanto que al filo del letargo.


La gata

A Boni

Ella es una gata común
pero mi amor por ella no es común

Odio que la critiquen
y la dejo vivir

Me la trajeron de chiquita
la crie solo
yo soy sólo yo en mi casa
y la gata

Es una realista:
me pide la carnaza
topeteándome no exenta de animosidad

Doméstico soy
como mi gata
Quedarán sin decir muchas cositas
que sí revelaré en próxima entrega

Espero haber sido claro muy claro
y literariamente fresco muy fresco.


Candidades

10 mujeres se cepillan el pelo
9 hombres se cosen un botón
8 niños se crispan de repente
7 ancianas caminan por el borde
6 mujeres se reconsideran
5 hombres se plagian
4 niñas adolecen
3 ancianos escarban sus bolsillos
y así sucesivamente
dos muletas
un padre nuestro
y cero peso
no nos restañan
ni aun la herida más simétrica.


Mal

Es maldita la tempestad
maldita sea la tempestad:

y cae el cielo a terrones.


Comida

Pasta de titán
sobre la mesa de la cocinita

Me unté con esa pasta

Y aquí me estoy comiendo
rico y hambriento como siempre.


Martingalas

1

Una martingala deshaciéndose entre los dedos de nuez fosilizada
una martingala distrayéndose, jugándose la cruz, la rosa y la sangre (y sus poco demoradas equivalencias)
una martingala, que no dos, que no cinco ascuas o catorce herreros apostando al refrán que les incumbe
una martingala que no varias veces mi corazón capitaneando la miel y la discordia (bugui-bugui echado sobre tus ojeras ininteligibles)
una martingala que arracime en navidad flor y coliflor, col y caracol, prédica y
predicamento, claro que sólo en navidad
una martingala con esparadrapo y una martingala con un talismán
una martingala absteniéndose de saludarme en los días de lluvia
una martingala como ella sola
una martingala para quien aprese al que dejó la estridencia en el rellano
una martingala con barbijo de hierbas
una martingala castellana en Indonesia
una martingala con estupro y cuernitos de grasa
una martingala que vocifere cuando las demás lloren
una martingala para mediocres cautos, brillos menores (clásicos espolvoreados en mis retahílas)
una martingala con las naves abiertas cuando no las venas
una martingala que tuviera a bien el ombligo aceitoso de un querubín
una martingala “con mi hermana no te metás”
una martingala tanto es así, que atrabiliaria, sin cortapisas, consabida, tórpida, de chiripa y demodé
una martingala que cante al cerciorarme de tu cuerpo entretenido
una martingala crónica de pesares.

2

Una martingala para aherrojarse las monjas
una martingala para comer en público
una martingala cuya mamá la “asme”
una martingala espécimen fortuito de las uniones difusamente plausibles de codornices y emperatrices, sordos y sorbos, cabos y rabos, piedras y hiedras, emasculados y sobreañadidos, púberes e impúberes, capitales y trabajadores
una martingala para nunca decir nunca, siempre y jamás
una martingala que contemple los lindes entre basarse y besarse
una martingala que amarro que pendencia
una martingala pedestre, que no ecuestre, pero...
una martingala para cadáveres eternamente deliciosos
una martingala caliente como la tía de mis sueños
una martingala para no darse cuenta de lo que hace falta
una martingala que desbroce turgencias (las que imaginan)
una martingala para prosódicos en plan de lucha
una martingala que denuncie el índigo, las frambuesas, el pachuli, el gemidito y la electricidad
una martingala para padrastros y padrillos
una martingala por la mitad o sin acotaciones
una martingala con tachas (sin embargo, donde reclinar la cabeza)
una martingala que se precie, que se justiprecie
una martingala “delito en la isla de las cabras” enfebrecidas
una martingala trago va, trago viene
una martingala fácil de repujar
una martingala huracanada que huracanee
una martingala que cede una martingala
una martingala que se dé
una martingala que porfíe de balde
una martingala que se escriba al correr de la pluma de pato silvestre
una martingala que farfulle en jerigonza
una martingala madre de dios ahora y a deshora con dos gotitas de coñac
una martingala para cónyuges de cera o expresión ceruminosa
una martingala adorable, sucinta, mensual o de mantenimiento
una martingala achís
una martingala ejem
una martingala que bajo y a voces
una martingala para fregarse en los bien pensantes, en los bien hablantes y en los malvivientes
una martingala para Lacustre Narcilando.

3

Una martingala crispada la grafía
una martingala para que, en el calendario de santos, una viuda virgen y matrona, alterne con el abad beato Raimundo de Fitero
una martingala que se juegue a los dados sobre un paño de lágrimas
una martingala que declame: “Me voy con la lechuga para no volver, residente bárbara (acaso ubicua), observé que ustedes observaron, en éxtasis patibulario se nos recibe con la masticación”
una martingala de su propio peculio
una martingala que habría sangrado como flor obtusa
una martingala para misántropos encarecidos por sus madres
una martingala con botamangas y a barlovento
una martingala para la utilería de la Otra Escena
una martingala inaudito cetáceo
una martingala, una miscelánea y una moraleja
una martingala por hipocorísticos preñada
una martingala para “cuando venga papi, no se lo digás”
una martingala para breves cartilaginosos
una martingala en cuarto menguante y cocina kichinet
una martingala para egregios con consideraciones sobre la paja en el ojo ajeno
una martingala recta trayectoria por el laberinto
una martingala para benignos rastacueros
una martingala equis como quien dice ene ene
una martingala para los fallecidos adjudicatarios de nuestra inquina pulsional
una martingala oriflama que nos aleccione en impudicia, sevicia, codicia y estulticia
una martingala que berree sin frunces
una martingala para revisores de cuentas, con dibujitos y atrocidades
una martingala con el vestuario raído
una martingala multiorgásmica, multinupcial y múltiplo de las mil y una noches
una martingala que se confiese con dos monedas de rubor
una martingala con los repulgues espolvoreados con caolín
una martingala de sastre en sastre
una martingala que inspira, permite que el aire se aburra adentro, y muere
una martingala para la autografía: biojoda seria que atañe al autor
una martingala con damisela en un coche y perro de aguas
una martingala caótica caótica escrutada por un apóstol
una martingala con corazoncito en la corteza de un financista
una martingala pura, sin soda, sin fernet
una martingala desestimada en los grandes salones.

4

Una martingala al denostado cielo si “va a nacer el testigo de mi muerte”
una martingala que aspire a escribir bien, sin mirar a quién
una martingala rea de día
una martingala para Gonzalo, quien, siendo el amante de la amiga de la novia de
González, de pasada, es directamente el amante de la amiga de su amante
una martingala con decimales en la leche
una martingala venenosa y una martingala venerable
una martingala grandiosa del revés
una martingala que aquí se ponga a cantar que otro gallo cantaría
una martingala que había tenido que enfrentar las tensiones que le causaba la relación simbiótica de tintes narcisistas que le imponía su madre
una martingala con espuma en el sueño
una martingala que crepite su fatalidad
una martingala con frases robadas en los jardines de Quilmes
una martingala con epitalamio subido de tono
una martingala parodia de una martingala
una martingala vieja bisoña, exneutra, a tanto la erre de ríspida y de recurrente, a tanto la erre.


Jumb15

El lastimero azar

Pablo Esteban Fuentealba Peñailillo Chile


Jumb16

Nadie

Rubén Hernández Hernández


Jumb17

María

Alfredo Lemon Argentina


Jumb18

Amparo

Ana Romano Argentina


Jumb19

Poder mental

Marvin Salvador Calero Nicaragua


Jumb20

Miguel Reinoso in memoriam

Luis Rico Chávez


Jumb21

Cantos desde el puerto

Miguel Reinoso López


Jumb22

Retratos de novias

Antonio Aguirre


Jumb23

Obertura

Carlos Prospero


Jumb24

Anna K. Franco

Luis Rico Chávez


Jumb25

Reflexiones sobre un comienzo

Patricia Fernández Serrano