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Retratos de novias

Antonio Aguirre Barba | Omar Arach | Rubén Cárdenas Morón | Luis Rico Chávez | Ramón Valle Muñoz | Rafael Vega Gutiérrez


Qué ingenuidad del poeta
hacer un retrato de Gágoma con letras.

¿Desde cuándo tienen color     aroma     temperatura     pulso?
La palabra mujer no llora cada luna
ni colorea los renglones con el aura de sus fluidos.

Amor     ramo     roma     mora
nada dicen de la tibieza de tu pecho en mi oreja
cuando tu corazón late más rápido si te digo que te extraño
o porque dibujo un camino a tu entrepierna y entonces brinca
se mete en mi oído hurgando mis deseos y viaja hasta mi corazón
donde se vuelve uno con el tuyo.

Qué saben las palabritas estas de sabores salados
pero intentemos hacer algo con las que tenemos
algún retrato con ese tu recuerdo que hace y hoy me deshace.

Durante noviembre y de madrugada
el sexo de Marianela es aromática infusión;
al amanecer en primavera
húmeda flor serenada entre mis dedos;
en agosto por las tardes
semeja nube gris de lluvia;
cada noche en invierno
brújula mágica que me lleva al sur de su ombligo.

Dios existía los domingos
Virginia venía a casa
traía perfume de verano en las mejillas
y dulce de amaranto en su boca.

Días empalagosos.

Tarde a tarde
acalorada transcurría nuestra impaciencia
montados en nubes y flores cruzamos el horizonte.

Cuando me acompañaba Cristi en mi periódico viaje transitorio
su palabra era una daga,
casi siempre se hundía sangrante su verbo en mi precordio pálido.

Un filo impecable llevaba siempre su lengua.

Penetraba mi escápula izquierda y una lágrima roja inundaba mi garganta
la herida respiraba boquiabierta por algún tiempo
así logró un día arrancarme las vísceras de tajo
dejando de su amor si acaso una cicatriz de olvido…

El amor de Gina pasó de ser todo a ser nada
un deseo accidentado de noche, de instantes fortuitos
de vez en viernes madrugares apostado en sus nalgas de diosa
entre sus muinas y sus ganas de mandar todo a la chingada
viajamos eternamente.

Las tardes se hicieron años desnudando la memoria del vacío que olía a soledad.
Yo lidiando sus fantasmas y demonios a cambio de sus labios sedientos de los míos,
diseñamos un laberinto de sombra y luz soñando sin soñar
veces en ella, veces fuera de ella
fui sin saber su primer beso profundo
ella un tristísimo retrato de novia.

La primavera nos engañaba
con sus atardeceres
sus sonrisas
y sus caricias cálidas.
Pensábamos que los instantes
se volverían fotografías eternas.
Pero cada amanecer se convertía
en el portal del laberinto
que nos arrojaba, inmisericorde,
a las mañanas de la rutina.

Verano tórrido
qué lugar tan común
pero tan intenso
y real.
Tus manos
tus labios
tu piel
en la edad eterna
de las promesas
incumplidas.

Otoño apacible
de claroscuros
sepias y arco iris.
Laberintos
Abismos
La memoria
con algunas noches
que explotan
y erosionan
los años
y la piel
marchitándose.

Un invierno lúgubre nos aguarda
con su abismal boca inevitable.
Las tardes, que se vuelven crepúsculos
a golpe de minutos inmisericordes y eternos
perdieron el consuelo de los recuerdos apacibles
sin embargo
a pesar de la oscuridad
del frío y la desmemoria
pienso:
Mujer, me hiciste feliz.

Qué difícil es pintarte los recuerdos con amor
no lo había
no lo habría.

Y bueno, nos inventamos una historia
…caminábamos en el bosque resbalaste
caímos rondando unos metros
justo yo sobre ti y las hojas de robles y encino que nos rodeaban

la historia más erótica podría ser descrita de esa fruta caída

tu falda levantada tus bragas rotas
tus piernas abiertas tus labios en mis labios
mi mano bajo tu nalga fría
mi cuerpo separado de la tierra por tu cuerpo géiser
nuestro olor a cerveza mezclado

y un beso largo largo con sabor a Marichela

en honor a la verdad debo decir que la historia la contaste tú.

Linda mañana con Liv
resaca la mía después de una noche de larga farra
de rodillas en la cama dijo entre sueños borrosos
y una charola entre sus piernas

¿Mate café o una cerveza?
               café era mi costumbre
pues aquí tenés para tu resaca
               al mediodía pregunté ¿y si cerveza?
te la llevé esta mañana
y el té lo tomé mientras vos dormías.

¡Aaah! delirium de borracho
desperté con tu recuerdo húmedo
y una botella vacía de ginebra entre mis sábanas.

Guada
Era indómita y por veces mal intencionada
tenía tendencia a la beligerancia y serios problemas con la palabra fidelidad.
Pero sabía abrazar como una madreselva y enardecer dulcemente hasta crepitar.
Gracias a ello pasamos una alegre temporada de incendios.
Por suerte huimos antes de quemarnos
     y el viento se ocupó de las cenizas.

Scherezada
Me encantaba
su mundo de miniaturas maravillosas
su universo de linterna mágica
su hontanar de aguas profundas
me hubiera encantado seguir
pero no hay encanto sin desencanto

Maka’í
Tenía la risa en un atril
y un lupanar en los ojos.
Solía emboscar desde su pelo en sombras
o acechar en la siesta
con pasos de selva.
Sus carcajadas provocaban carnavales
sus labios festivales de frutas estivales.
También por veces llovía
un manantial de lágrimas torrenciales.
Ebria y feliz latía dormida
como la tierra umbría.

Marisol la inquieta, lejana
te han invocado los renglones
te gritan, pero no apareces
me quedan los retratos, los dibujos, las miradas.

Me niego a la amnesia del aire que habitamos juntos
de las miradas lejanas en el último adiós que no reconocimos.

Y a ti Hannah la impetuosa
te he ensamblado de retazos finos y quebrados
los que huyeron del olvido y derramaron nostalgia en el café de cada día
con imágenes voraces del amor furtivo
te voy a armar a trozos para lamer la vida
para escurrirnos otra vez en el sabor amargo de tu piel salada
con mezclas de sabor a María Julia
con tus pezones apuntando a mi cabeza
yo cayendo de rodillas por el disparo de tu lengua bífida
mientras fragmentos de cerebro vuelan por los aires recordando a Isa
tus pupilas descaradas se abren, se dilatan
en un grito atávico de casi muerte.

Los olores de la piel Aria gritan lo que los ojos no acarician
bendito sexo sucio, dulce y descarado que nos ha salvado el alma
nos dejó la piel tatuada y la vida marcada en las entrañas
casi puedo oler el embriagante humor de tus mejillas.

Te volveré a desmembrar la piel
para guardarte en los retratos rotos
en el baúl de los recuerdos suturados
qué sería de todo si tú y yo, por accidente…

La vida es un suéter con el hilo suelto.


Jumb23

Obertura

Carlos Prospero


Jumb24

Anna K. Franco

Luis Rico Chávez


Jumb25

Reflexiones sobre un comienzo

Patricia Fernández Serrano


Jumb26

Ensueño

Mariana Gascón Olmos


Jumb27

Crónicas sueltas

José Ángel Lizardo


Jumb28

American dream

Amaranta Madrigal


Jumb29

Kamuel Zepeda, maestro

Luis Rico Chávez


Jumb30

Cotidianas

Margarita Hernández Contreras


Jumb31

Fachada

Sofía Sandoval Cisneros