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Entrevista con Anna K. Franco

Los libros, la esencia de nuestra cultura

Luis Rico Chávez

Anna K. Franco nació un domingo de marzo, en armonía con los últimos calores del verano. Siempre tuvo una imaginación inagotable y desde muy pequeña jugaba a interpretar personajes. A los ocho años, se le ocurrió escribir cuentos y a los trece se enamoró de un libro que la inspiró a escribir algo igual de adictivo algún día. Comenzó a escribir casi como un juego, pero se convirtió en su profesión cuando publicó su primera novela en el año 2012. Desde entonces, escribe ficción juvenil bajo el seudónimo Anna K. Franco, y romántica con su nombre real, Anabella Franco. Brillarás es su decimocuarta novela publicada.
Tomado de VR Editoras, a cargo de la publicación de las obras de la autora

Anna

Luis Rico Chávez: ¿Cuál ha sido tu experiencia como coordinadora de talleres de creación literaria y como profesora?

Anna Franco: Hace varios años coordiné por primera vez un taller de escritura en vivo; después, en la pandemia, tuve la oportunidad de coordinar talleres en línea. Como docente tengo 16 años de ejercicio. A mí enseñar me interesa muchísimo, y más si se trata de literatura y de escritura, que es lo que más me gusta. Trabajo con personas de 12 años en adelante, y en los talleres de escritura me enfoco en jóvenes de 13 años para arriba, aunque por lo general participan personas grandes, de 30, 40, 50 y pico de años. En el colegio trabajo con chicos de 12 a 18 años, en lo que en Argentina llamamos terciario, que es un instituto de profesorado, donde tuve algunas materias a mi cargo para los futuros profesores de literatura, ahí también trabajo con gente de todas las edades.

LRCh: ¿Cómo te va con los muchachos? ¿Se interesan en la literatura, en la lectura?

AF: La verdad, yo disfruto mucho enseñar. Trabajo en este momento en un solo lugar, en una escuela donde me siento cómoda con mis estudiantes, donde estoy bien. Es un desafío lograr que algunos lean, porque la realidad es que sobre la lectura ellos piensan que no los puede atrapar, y siempre les digo que la cuestión es encontrar lo que nos guste leer. Muchas veces los padres me preguntan cómo pueden hacer para que sus hijos lean más y les sugiero que se fijen qué películas, qué videojuegos les gustan. Quizás si les gustan las películas de terror, pues elegir libros de terror; si les gustan el romance, el drama, elegir libros con esas temáticas, y eso puede ayudar a que ingresen con mayor facilidad en el mundo de la lectura. Por suerte ahora tenemos la literatura juvenil, que también ayuda. Si bien no todos están de acuerdo en el ámbito docente, yo siempre digo que no todos empezamos leyendo Shakespeare y entendiendo obras clásicas. Entonces, empezar por algo que a ellos les interese, a la larga puede llevarlos a leer otras cosas.

LRCh: Eres una escritora muy prolífica, y tus libros no son de cien páginas, ¿cómo le haces para conjuntar tu trabajo docente con la creación?

AF: Una le resta tiempo a la familia y a los amigos. Tiene que saber conjugar las dos cosas, darte tiempo; he mantenido relaciones de pareja por muchos años, pero igualmente escribía, pero la realidad es que sí, una deja de hacer otras cuestiones, otras cosas que quiere para dedicarse a lo que deseas, que es escribir y enseñar. Hoy en día dejé un par de horas de clase para dedicarme más a los libros y no solamente a enseñar, lo cual amo.

LRCh: Tu página web (ir) nos da una pista de la temática de tus obras; destaca la literatura para jóvenes y la femenina.

AF: Yo empecé publicando novelas románticas o femeninas y después seguí con las juveniles, de la mano con la ciencia Ficción. Empecé a interesarme por la literatura femenina o la narrativa romántica cuando leí, a los 13 años, una novela que me encantó. Después estudié Letras y Ciencias de la comunicación. Es decir, que una puede empezar leyendo una novela romántica y después terminar leyendo otras cosas, como libros juveniles y leer más también. En realidad empecé a escribir a los 13 años algunos cuentos; un poco más adelante, unos poemas malísimos, porque no soy buena poeta. Pero bueno, pasé por esa etapa también y en ese tiempo también comencé a escribir novelas románticas en un principio. Lo juvenil llegó de la mano de la ciencia ficción, cuando yo ya estaba publicando novelas románticas, y escribí en 2006 una historia de ciencia ficción; era como el origen de todo un mundo, basado en el nuestro pero distinto. Nueve años después quise retomar esa historia y así surgió la saga Rebelión, un total de seis libros de ciencia ficción volcados hacia los jóvenes, porque los protagonistas eran jóvenes básicamente… los temas clásicos de la ciencia ficción —o algunos de ellos— están presentes, sin importar para qué edad estén destinados los libros.

LRCh: Este es un tema para debatir: ¿la literatura necesita etiquetas o es simplemente literatura? ¿Existe una literatura para mujeres, para niños, para jóvenes? ¿Tú qué opinas?

AF: Yo creo que se le llama narrativa femenina porque el texto está enfocado en los sentimientos y los pensamientos de las mujeres, pero eso no significa que no haya hombres que no lo lean; de hecho, tengo un montón de lectores varones y no, no es que tenga un género. La literatura es literatura y punto. Sí, me parece que hay edades; en este sentido, los libros a partir de cierto momento dejan de tener edad, pero yo no le puedo dar para leer 50 sombras de Grey a una nena de 8 años, pues no me parece que pudiera comprender lo que está en ese libro o que fuera algo que le sirviera a su edad; entonces, me parece que a partir de cierta edad puede leer cualquier persona el libro que sea.

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LRCh: En tu libro Hollywood miente el protagonista es hijo de una cubana y un norteamericano; el personaje femenino se va dos años a Monterrey. Lo que percibo es que son personajes con múltiples orígenes, y tienen la capacidad de adaptarse a diferentes culturas. Tú, como argentina, ¿has vivido en otros lugares? ¿El tema del exilio, frecuente en la literatura latinoamericana, te interesa?

AF: Me interesan las diversas culturas, eso es cierto, porque también en mi novela anterior —de narrativa femenina— Háblame de lo invisible, el protagonista es un colombiano que emigra a Estados Unidos. Entonces, en estas dos novelas está este tema, de la migración o de un latino en Estados Unidos o de sangre latina o de ascendencia latina, porque algo de nuestra cultura también va en los libros, no sé si puedo del todo desprenderme de mi cultura como latinoamericana porque yo, al ser de Argentina, también formo parte de Latinoamérica y creo que pasa más por ese lado, porque la verdad es que siempre viví en Argentina. Sí he tenido la posibilidad de viajar a varios lugares; me encanta conocer nuevas culturas. Siempre dije que quería pisar todos los continentes. Bueno, me faltan dos todavía, pero he logrado viajar por varios lugares y suelo ambientar las historias en espacios en los que he estado. Estuve en Hollywood; mi saga Brillará está ambientada en Nueva York, y estuve allí también. El libro que estamos presentando aquí en la FIL Guadalajara, Thea, que inicia una serie de tres libros, está ambientado en Londres, donde también estuve. Sí, sí me interesa lo multicultural.

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LRCh: Además de Monterrey, ¿aparecen otras ciudades mexicanas en tus libros?

AF: Sí, aunque en este momento no sabría decir cuáles, pero sí. Yo estuve en Cancún, en playa del Carmen y ahora estoy aquí en Guadalajara. Tengo amigos mexicanos y ellos me ayudaron para la ambientación de Háblame de lo invisible, para construir la forma de hablar, de expresarse de uno de los personajes que es de nacionalidad mexicana. También me ayudaron a reconstruir todo lo que era Monterrey. Tengo amigos de la región; no sé si lo que describí sea textual sobre lo que lo que ustedes viven o lo que ven, pero trato de que sea lo más verosímil posible, como todos los que escribimos. Yo siempre digo, a mis alumnos siempre les digo: quien escribe sobre un asesino serial no salió a matar gente para describir las acciones del libro con exactitud, sino que se pone en el lugar e imagina cómo podría pensar esta persona. Con las ambientaciones me parece que ocurre lo mismo, una debe tratar de que sea lo más verosímil posible, pero obviamente no es lo mismo que alguien que vive en el lugar.

LRCh: ¿Aquí en Guadalajara, qué tanto has estado?

AF: Recién llegué, acabo apenas de bajarme del avión.

LRCh: No has visitado la ciudad.

AF: Nada más bajé del avión y me vine para acá, no creo que tenga tiempo de conocer la ciudad. Tengo una agenda apretada. Lo que sucede es que una viene por pocos días, y hay que tratar de aprovecharlos al máximo para promocionar los libros, que es para lo que una vino.


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