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La poesía de Junior Alberto Pérez

Marvin Salvador Calero Molina Nicaragua


Me escribió por WhatsApp el poeta Junior Alberto Pérez, por quien siento una gran admiración desde hace algunos años. Lo conocí de manera virtual, como se conocen, en este tiempo que nos ha tocado vivir, muchos poetas: a través de la red social de Facebook. El propósito de esa comunicación fue que le escribiera el prólogo de su libro. Con Junior compartí algunas charlas sobre literatura y algún escenario en el Jarro Café (bar cultural de Juigalpa). Había leído de él algunos poemas, y lo había invitado en 2022 a leer su poesía a mis alumnos de la Universidad Nacional Agraria en el programa Académico Universidad en el Campo en Morrito, Río San Juan, en un acto de mucha importancia con autoridades nacionales y locales.

Platicaba hace unos meses con mi también amigo poeta Alexander Zosa-Cano de la importancia de escribir crítica literaria, lo cual es necesario para perpetuar el pensamiento de cada época. Esto significa que, sin crítica literaria, las obras pasan desapercibidas. Pues bien, esta noche de 25 de febrero me he tomado la tarea muy en serio de escribir este prólogo para el libro del poeta Pérez, Poesía de la urgencia.

El poemario que hoy analizo en mi computadora en la sala de mi casa que muchos poetas jóvenes de esta generación autonombraron La casa de los poetas, porque seguramente aquí encontraron un espacio para leer y ser leídos, para aprender con los poetas de Latinoamérica y un tanto más allá de nuestro continente.

Portada

Cuando inicié a leer el libro comencé a crear una teoría acerca del contenido, como lo hace todo lector de viejos años. Y formulé tres hipótesis acerca de esta interesante obra poética, la primera que nos encontramos con un poeta localista, es así como el poeta inicia su libro describiendo a Morrito y todo lo que en él habita, sus calles, su gente, su idiosincrasia:

Uno aquí camina tranquilo por la calle de arriba
o la que está junto al lago que se mantiene quieto
como durmiendo o soñando.

Seguramente en cien años este poema será analizado por los lectores de esa generación venidera y, al igual que el poeta, sentirán admiración y nostalgia como lo siente ahora mismo el poeta. Me llama la atención que esa bella retórica en los versos de sus poemas incurren en el uso de escenarios nostálgicos tales como atardeceres, anocheceres, inviernos y calles, que no son más que la nostalgia de su yo lírico.

Nunca nada me pareció más triste que esta calle,
sombra de manos doblegadas
casas habitadas por recuerdos
viejos fantasmas del pasado oscuro.

La segunda hipótesis que he formulado sobre este libro es que en él existe la mujer amada, que implícitamente coexiste en sus versos, sin nombrarla, sin decir quién es o quién fue:

Qué vanidad la mía imaginar a estas alturas
todo el amor que puedo darte

Lo que nunca quise fue esta despedida
que me parece ahora una tarde lluviosa

Hay muchas cosas que no se dicen
quién sabe por qué
yo, por ejemplo,
todavía guardo las palabras que no te dije.

Desnudar el yo lírico del poeta como crítico literario no es un trabajo fácil, ni para el crítico que debe rebatir ante las pistas que deja el poeta, ni para el poeta que le toca usar las figuras literarias para no ser descubierto. La tercera hipótesis sobre este libro es que tiene un fondo social y político. La filosofía del poeta es la denuncia como una urgencia y una necesidad colectiva:

Sandino que es la primera verdad
o mejor dicho la única verdad de Nicaragua

Carlos… vos que naciste de noche y viviste en ella
no con el rostro oculto, sino de frente buscando fatigoso
el pan de todos

Leonel Rugama se llamaba,
poeta, guerrillero, seminarista
comprometido con el pueblo.

En esta poesía sociopolítica el poeta enaltece y le da valor a la figura de Sandino, Carlos Fonseca, Leonel Rugama y otras personalidades de gran valor político que se encuentran implícitas, y contrasta el presente en la coyuntura nacional e internacional en la que llama a recapacitar, señala a aquellos que se olvidan de la clase obrera y los campesinos.

Están malditos porque no se imaginan otra cosa
que sentirse todos apiñados alrededor del poder

Los imperialistas de la tierra nos hacen la guerra,
sello unilateral de la miseria,
una calavera que respira aire de muertos,
adictos a la propiedad privada.

Poesía de la urgencia del poeta Junior Alberto Pérez es una línea base como lo llamamos nosotros los agrónomos que nos valemos del método científico cuando vamos por primera vez a una unidad productiva e identificamos la situación actual de la misma. Es un libro que va en muchas direcciones, algunas veces coincidentes en más de un punto. Seguramente mi percepción de la obra no será la misma de la de muchos otros lectores pero, ¿qué es la verdad absoluta del libro? ¿Y cuál es la percepción real del lector? La respuesta es el diálogo implícito en los poemas que el poeta escribió en este libro y la interpretación del lector que luego de este prólogo iniciará, ambos seguramente coincidirán en algún punto geográfico de la obra, quizás en las calles de Morrito que dan al lago Cocibolca, quizás a destiempo, cien años después otra generación junto al mismo lago recite el final del poema “Morrito” y sienta la misma nostalgia que el poeta.

El lago se torna como pliego de papel
casi como un espejo,
espera la hora del viento,
entonces se retuerce como mujer pariendo
con un dolor quién sabe dónde.
Los viejos me dijeron que son dolores del pasado.

Juigalpa, Chontales.
Madrugada del 27 de febrero de 2024.
Escribimos para un público que aún no existe.


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