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Poemas

Rolando Revagliatti Argentina


Marina Mercante

En mi uniforme inmaculado y mi gorra
sobriamente sonriendo y entrecano
a mi paso hubieran comentado sobre mi gallardía
mi prestancia ínsita y mi don de gentes

Sereno lobo de mar
con muchos amores y ninguno

De haber yo acatado
ese romántico designio

materno.


Sopita

Vos
          crema de garbanzos
no sos
          sopita
y sos mi sopa
preferida

Así es la vida
incluso la mía
                    (espesa)
aunque es también
—oh, resonancias
fulgores
distorsiones—

sopita.


De pibe

Se me fueron retirando
los vocativos papi y mami
imperceptiblemente
y ninguna otra palabra ocupó las vacantes

Jamás volví
a llamar a mis padres.


Febo

La cucharita que Flavia aferra
dentro del pocillo vacío
es tratada
con la energía cómica
que asoma
ya sus rayos
iluminan
nuestra historia.


Ajustada

Ajustada a su mochila
la nena se va al jardín

caminando
y de la mano de su papá

Volar me gustaría —arguye la nena
viendo algo volar—
pero no soy un pajarito

No —admite su papá
y siguen caminando.


El cocodrilo de Flavia

“Desde que se escapó
no duermo tranquila
No sé ahora qué hacer con mis sueños
Me aseguraron que tenía ojos celestes
y que al ser blanco
                    resultaba
incandescente en la oscuridad.”


Acaso un poemita doméstico que se llama Pupé (solamente)

Acaso te llamaras solamente Pupé
acaso antes de que la empleada de la veterinaria de la calle Bacacay
te llamara Pupé
te llamabas Pupé

Acaso antes de que el veterinario que había asistido a Boni
cuando Boni se enfermó y luego falleció
te recogiera y vacunara y al tiempo nos tentara
con tu incorporación de gatita de un año a nuestra familia
y nos revelara cómo te llamabas

te llamabas así solamente:
          Pupé.


Mi gata actual

Mi gata actual duda demasiado
¡Vieran cómo duda mi gata!
No dudo de que dude
A veces
inexpresivamente
Yo me muestro expresivo
a veces
cuando ella duda.


No me libra

Entre los 18 años de mi hija
y los 95 de mi madre
una contienda
de distancias

se me libra.

(2010)


Cansados

Los huesos están cansados
No hay modo de no estar cansados
aunque haya descanso

Los huesos están exhaustos
Por eso no hay modo de no
estar cansados
aunque haya descanso

Los huesos, además, están hartos
de soportarnos, de tolerarnos
nos odien
o nos amen

Los huesos nos expulsan
suplican que los dejemos ir

Detestan que los retengamos
que los exijamos todavía

“¡No es humano!”, chillan.

(A mi madre)


Jumb15

Bienvenida a mi vida

Liz Carbajal


Jumb16

Instantáneas

Rubén Hernández Hernández


Jumb17

Fin de año

Alfredo Lemon Argentina


Jumb18

Carrera

Ana Romano Argentina


Jumb19

El manuscrito

Marvin Salvador Calero Nicaragua


Jumb20

Estimado don Pablo:

Fernando Sorrentino Argentina