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Veneración de las imágenes

de la Inmaculada Concepción y la Virgen de Guadalupe en Teocuitatlán

Laura Cristina Jiménez Estrada


La mayoría de los habitantes de Teocuitatlán conoce o tiene la vaga idea de sus fiestas patronales, que se llevan a cabo cada año, del 28 de noviembre al 12 de diciembre, en honor de la virgen de la Purísima o Inmaculada Concepción y de la virgen de Guadalupe. Pero lo que no todos conocen es desde cuándo se veneran estas imágenes en la parroquia de San Miguel Arcángel.


La Purísima

La más antigua es la imagen de la Purísima. El dato más antiguo data de 1649, año en que Juan Ruiz de Colmenero, obispo de la Diócesis de Guadalajara, concede licencia para pedir limosna y con ese dinero reunir un capital para tener, cada año, con qué celebrar la fiesta de la imagen. No se le conocía como la Purísima; por esos años se le llamaba “La Limpia Concepción”; tampoco era como la imagen que hoy se encuentra en la parroquia, sino de un tamaño más pequeño, parecida en proporción —y es posible que en imagen también— a las muy conocidas imágenes de la virgen de San Juan de los Lagos o de Zapopan.

La que ahora se venera en la parroquia de Teocuitatlán es de tamaño normal, y fue elaborada a petición del cura Julio Mascorro por los años aproximados de 1882, según refiere el canónigo Luis Enrique Orozco, autor de los libros de Iconografía Mariana, época en la que además se trabajó en la reconstrucción de la iglesia. En dicha obra se menciona que, después de haberse establecido la Asociación de Hijas de María Inmaculada en la parroquia, la elaboración de la imagen se encomendó al taller de don Abraham Fuentes, escultor de grande fama afincado en Querétaro.

Virgen

Tener un buen temporal de lluvias o aliviar al pueblo cuando sufría de grandes sequías eran las peticiones más recurrentes a la Inmaculada. El canónigo señala:

“La imagen de la Inmaculada Concepción se ha llevado en devota procesión por los campos agostados pidiendo a la Reina del Cielo la necesaria lluvia y esta se ha dejado venir enseguida”.

También hace una descripción muy detallada de la imagen:

“Esta Inmaculada es una escultura de tamaño natural, de pie sobre media esfera azul donde pasan algunas cabezas de querubines con alas, uno de los cuales parece extasiarse en la contemplación de la Celestial Señora que más que la Concepción representa a la Asunción de María. Porque tiene brazos y manos cruzados ante el pecho, su torneado cuello erguido y su rostro y su mirada vueltos hacia el Cielo, como es costumbre entre los escultores representar a la Asunción de Nuestra Señora. Esta imagen es de lineamientos correctos en sus facciones, con sus labios cerrados, su rostro oval, con sus ojos abiertos y muy expresivos, sus manos con dedos delicados y de bella forma, adornados con algunas sortijas. En su cabeza lleva cabellera sobrepuesta de rizados bucles que le caen sobre sus hombros dejando asomar ambas orejas con ricos pendientes. Además, según parece, hasta ahora no le han puesto mano con retoques y restauraciones y por esto: aún conserva su coloración primitiva que le diera su autor; puesto que nunca la han restaurado”.

La visita del canónigo a Teocuitatlán para conocer la imagen se realizó en 1976. Hasta esta fecha no se le había realizado restauración alguna a la imagen.

Y como aportación, para orgullo de los teocuitatlenses, Luis Orozco anota en su libro:

“Debe quedar asentado que esta Imagen Mariana es una de las mejores Purísimas que llegaron a Jalisco en las postrimetrías del siglo XIX del afamado taller de escultura de la ciudad de Querétaro”.

Es importante mencionar que el autor describe cómo se celebraba la fiesta de la Inmaculada:

“Con grande solemnidad y pompa se festeja el 8 de diciembre de cada año, precediendo lúcido y ferviente novenario cuya diaria celebración se reparte entre los vecinos de la población que la aman entrañablemente y da comienzo el 28 de noviembre y consta de misas solemnes y ejercicios vespertinos con el rezo del santo rosario y predicación, sin faltar la bendición eucarística. El día 7 de diciembre, por la noche, se cantan en su honor solemnes vísperas y el día 8, Festividad de la Concepción Inmaculada de María, es saludada la celestial Señora con alegres repiques de alba y el canto de las Mañanitas, sin que falten las salvas de cohetes y los acordes de la banda municipal. Se sigue la misa de comunión general de la Asociación de Hijas de María Inmaculada y demás agrupaciones parroquiales.”

Virgen

La Virgen de Guadalupe

En el caso de la imagen de la Virgen de Guadalupe, según los documentos que se han encontrado, aparece en un inventario de la parroquia en el año de 1806, realizado por el tercer cura, el presbítero Francisco Gómez, quien la describe como un lienzo que podría ser una réplica de la original Virgen de Guadalupe que se encuentra en la Basílica de la Ciudad de México.

En ese inventario de 1806 se mencionan todas las imágenes que se veneraban en la iglesia de Teocuitatlán:

“Imágenes.- La Purísima, Señor San José y su Niño, la de la Soledad, la del Rosario y su Niño, dos Dolorosas, cuatro Crucifijos, San Juan, El Santo Entierro, San Francisco, San Agustín, San Juan Nepomuceno, San Sebastián, San Miguel, San Antonio, el Niño Jesús, y un antiguo Nazareno, con dos lienzos de Ánimas, uno de San Miguel, otro de la Virgen de Guadalupe y otro de la Sábana Santa”.

67 años después, cuando administraba la parroquia el cura Julio Mascorro, informa al arzobispo que, al notar la mucha veneración que los feligreses le tenían y por encontrarse en uno de los altares laterales de la iglesia, solicita permiso para ponerla en el altar mayor y dejarla como patrona de la parroquia, siendo testigo de ello un documento que le envía al obispo de Guadalajara el 11 de mayo de 1873, donde así lo relata:

          “Señor Gobernador de la Sagrada Mitra:

          Hay una imagen de María Santísima de Guadalupe en esta parroquia de muy buena pintura, y se encuentra colocada en un altarcito lateral sumamente deteriorado cuyo altar no se compone sino de una simple mesa de madera y una gradita de lo mismo muy antiguas, advirtiendo que esta imagen es la patrona de esta parroquia, deseando pues darle el mejor culto que se pueda, me ha ocurrido trasladarla al altar mayor y colocarla en un nicho que al efecto se le haga quedando como se encuentra en el Santuario de esa ciudad la venerada imagen del mismo nombre, pero no me ha parecido hacerlo sin consultar primero la superior aprobación, por cuyo motivo ruego a Vuestra Señoría Ilustrísima por su bondad se dignen indicarme lo que fuere del superior agrado.

          Dios nuestro señor guarde a Vuestra Señoría Ilustrísima muchos años.

          Teocuitatlán, mayo 11 de 1873.

          Julio Mascorro (firma)

          Respuesta: Que informe si hay alguna otra imagen en el altar principal o es otra la titular de la Iglesia, para proveer en vista del informe lo que más convenga. Mayo 14 de 1873”.


Conclusión

Con estos datos se pueden determinar, aproximadamente, los años que se han venerado las imágenes marianas en la parroquia de San Miguel Arcángel de Teocuitatlán. En el caso de la Purísima, según estos datos, serían ya 368 años venerándola hasta esta fecha actual. Y por otro lado, la imagen de la Virgen de Guadalupe lleva ya venerándose 211 años en la parroquia de Teocuitatlán.

(Datos tomados de Iconografía Mariana, tomo IV, del canónigo Luis Enrique Orozco, y del documento original que envió el cura Mascorro al obispo de Guadalajara en 1873).


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