Soy malo para las fechas (y para otras cuestiones), así que no recuerdo la primera vez que coincidí con Silvia Eugenia Castillero en un evento cultural. Por esos días me encontré un libro de Saúl Yurkievich, prologado por ella. Cuando nos presentaron, pensé en estas coincidencias de la vida, y cómo tú tienes la oportunidad de conocer a los escritores a través de su obra.
Debo confesar que más de una ocasión hubiera preferido conocerlos sólo en esas circunstancias. No es el caso de Silvia. Ese primer encuentro fue muy cordial. Y después se sucedieron: en una premiación en la librería José Luis Martínez, donde una de mis pupilas obtuvo el primer lugar en el concurso “Luvina Joven”; en las oficinas de la revista de la Universidad de Guadalajara —a donde me lleva mi condición de coordinador de un taller auspiciado por la revista—, de la que es directora, y en otros espacios universitarios y culturales. Siempre la misma tónica: su sonrisa franca, la efusividad del encuentro, el derroche de entusiasmo como un reflejo de la satisfacción y el amor por la profesión y la vida.
Todo lo anterior, y su amabilidad para responder mis preguntas establecen un lazo que nos vuelve cómplices en este amor por las letras y la cultura. Además de estas respuestas, agradezco su generosidad por permitirnos publicar tres poemas inéditos en esta edición de www.agora127.com.
Luis Rico Chávez:¿Qué representa en este momento de tu trayectoria haber recibido el Premio Jalisco?
Silvia Eugenia Castillero: Recibir el Premio Jalisco significa en este momento una satisfacción por ver reconocido mi trabajo, tanto de creación literaria como de difusión de la literatura y labor con la comuidad, a través de la revista Luvina y del programa “Luvina Joven”. Asimismo por mi desempeño como profesora en el Departamento de Letras.
No obstante, también representa un punto de partida, pues implica asumir con mayor conciencia y entrega la responsabilidad de la escritura y de la difusión de la literatura.
LRCh: ¿Cuál es tu perspectiva sobre la literatura jalisciense, mexicana, latinoamericana y universal como directora de la revista Luvina?
SEC: Es muy difícil hablar de la literatura en general. Hay diversas literaturas, cada una con sus propios alcances y circustancias, épocas de mayor auge en una región o en otra.
A través de Luvina nos acercamos a esas distintas literaturas y en mi experiencia considero que siempre hay obras y autores potentes. Es uno de los cometidos de la revista, descubrirlos y darlos a conocer, al mismo tiempo –claro- que publicar a las grandes voces. Las literaturas están interconectadas, poeen vasos comunicantes. Y en este mundo globalizado, gracias a las redes sociales, y aún más como consecuencia de la pandemia, las relaciones entre las literaturas del planeta se encuentran muy vivas.
Sin embargo, actualmente existe la tendencia a publicar y promocionar a los autores más exitosos, a los que venden mejor, sin buscar plumas extraordinarias que están creando obras de gran calidad pero que no entran en el gran mercado editorial porque no se autopromocionan.
Las políticas de las grandes editoriales, con su despliegue comercial, procuran mostrar que la literatura está en manos de unos cuantos autores, porque siempre son los mismos los que ocupan el lugar de la fama.
Afortunadamente, existen las editoriales independientes que tienen una aproximación más profunda a la literatura y publican a escritores más discretos.
LRCh: ¿En qué proyecto trabajas en este momento? ¿Cuáles son tus planes literarios en el corto y largo plazo?
SEC: Actualmente estoy trabajando en un libro sobre la ciudad, conformado por poemas en verso y en prosa que narran historias, relatos según un orden temporal y una interpretación, para ir creando textos a manera de fotografías de la vida urbana, una ciudad múltiple, en este caso un imbricado de ciudades contemporáneas cosmopolitas como París, Ciudad de México, Guadalajara.
Me interesa que la escritura capte momentos determinados del observador-narrador, al tiempo que se desarrolla la vida urbana de las ciudades cuya belleza y cuyo deterioro las vuelve el escenario de cualquier historia de ficción. De esta manera, busco entrelazar voces diversas para tejer una especie de sinfonía.
En este libro de poemas me interesa plasmar una nueva manera de percepción de la realidad, a través de textos poéticos donde cohabitan voces muy dispares y se destacan o se disuelven las dicotomías y las paradojas, en su dimensión estética.
A largo plazo, me interesa continuar buscando nuevas vertientes formales en mi escritura.
LRCh : ¿Trabajas en algún proyecto de traducción? Esta actividad, ¿cómo influye en tu obra?
SEC: Estoy traduciendo del francés, un libro de la poeta quebequense Louise Dupré. Y también en algunos números, hago traducciones para la revista Luvina.
Traducir es una actividad que fortalece la lengua materna, al ampliar las posibilidades semánticas y fonéticas. Al internarme en una sintaxis y un ritmo diferentes, el español toma dimensiones nuevas y descubro posibilidades insospechadas.
LRCh: ¿Podrías hablar de las motivaciones personales que te tienen en el lugar en el que te encuentras en este momento?
SEC: Las motivaciones personales se pueden resumir en el interés por disfriutar la vida, la naturaleza, el amor. Y seguir creando con la palabra el mundo de ficción que inicié hace muchos años, continuarlo pero innovándolo en cada libro. Por otra parte, seguir difunduendo literatura de calidad a través de cada número de la revista Luvina cuya factura significa elaborar en cada número una obra de arte, ritmando y acompasando los contenidos.