En diciembre de 2000 se publicó Entrelíneas. Antología de escritores del SEMS, a iniciativa de Arcelia Urzúa, entonces adscrita a la Coordinación de Difusión y Extensión. En aquella ocasión, la invitación para participar fue abierta, y a ella le correspondió el arduo trabajo de revisar incluso cajas completas de material para seleccionar algunos poemas o cuentos de quince profesores interesados en ser incluidos.
Recuerdo que en aquella ocasión tuvimos una intensa discusión porque luego de leer los textos, le di mis puntos de vista; había ciertos profesores que yo consideraba debían quedar fuera, pero ella fue inflexible: se sentía muy satisfecha con la respuesta a la invitación y no deseaba prescindir de ninguno de ellos. “Por lo menos fulano debe quedar fuera”, le dije completamente derrotado, a fin de cuentas yo solo fungiría como corrector del material. “¡Pero ese profesor” me respondió así, con los signos de admiración, “me mandó sus obras completas!” que consistían en dos cajas repletas de varias decenas de libros, el trabajo de toda su vida, y al borde ya de la jubilación su mayor satisfacción sería ver su nombre impreso en letras de molde, en un libro. “Pues que se publique”, concluí, “pero que quede constancia de mi desacuerdo”. Y para consolarme por haber desperdiciado algunos minutos de mi existencia revisando sus dos cuentos me confesó que su mayor sufrimiento en esta antología había sido poder rescatar estos dos textos, los menos malos de las cajas que había enviado este profesor.
Ahora, diecisiete años después, aparece Mar de voces. Antología literaria de docentes del SEMS. Para esta ocasión se abrió una convocatoria que, en un primer momento (ante lo cual también expresé mi desacuerdo; ¿será por eso que todo el mundo me odia?) se denominó “concurso”. Todavía (a pesar del tiempo transcurrido) pesaba en mi ánimo el espíritu generoso de la primera antología, pero ahora se aducen razones de presupuesto y tiempo y espacio y no sé qué otras cuestiones y quedaron fuera, si mi memoria no me falla, más de 150 participantes.
Por ahí en la presentación (celebrada en Expo Guadalajara, en el marco de la FIL, el pasado 30 de noviembre) se mencionó el detalle de que el proyecto es que esta antología aparezca cada año, aunque (otra vez me odiarán) suena como promesa de político, porque ya vienen los cambios y quién sabe con qué mentalidad llegarán los nuevos, si hay nuevos, y si se quedan los que están, quién sabe si los responsables de firmar las chequeras tengan interés en apoyar este tipo de trabajos. Mi experiencia me dice que no.
La edición, a cargo de la Editorial Universitaria, de pasta dura, presenta la calidad a la que la editorial ya nos tiene acostumbrados: sobria, elegante, atractiva, así como para presumirse. El crédito de la coordinación es para Lilia Mendoza y Carmen Padilla.
En cuanto al contenido, qué puedo decir. La mayoría son conocidos, algunos amigos y unos cuantos son docentes por los que siento no solo un especial afecto, sino incluso una innegable admiración, por su trabajo, su trayectoria y su calidad humana. Y por supuesto, ahí se incluye uno de mis cuentos, así que excuso externar puntos de vista. Juzgue el lector.
Mar de voces, además de poesía y cuento (géneros incluidos en la selección de Entrelíneas, incluye una sección de microrrelatos. Míriam Chávez Martínez, Manuel Flores Jiménez, Gema Leticia Méndez Estrada, Atzimba Mondragón Galindo, Miguel Alberto Reinoso y un servidor aguantamos el paso del tiempo y aparecemos en ambas antologías.
Algunos de los incluidos en la más reciente son colaboradores asiduos o esporádicos de www.agora127.com, y en este número pueden leerse textos de José Francisco Cobián Figueroa y de Atzimba. Pedro Valderrama, Miguel Reinoso, José Antonio Neri, Víctor Villarreal, en algún momento han contribuido con su creatividad a enriquecer nuestras páginas virtuales.
Mi cuento, “Sin Alma”, aparece en mi página.
Ignoro si más adelante el libro se comercializará, o si toda la distribución correrá a cargo de los autores, quienes recibimos como regalías el generoso pago de unos cuantos ejemplares. Sin duda, en la tienda del Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara estará disponible. Por si a alguien le interesa.
