Logo

Reflexión ética, utopía
y tecnologías de la información

Yésica Cecilia Núñez Berber | Juan Manuel Ortega Partida

La ética —un código moral que desea ser el código moral,
único grupo de preceptos coherentes que deben ser el código
moral, el único grupo de preceptos coherentes que debería
obedecer cualquier persona moral— considera que la pluralidad
de caminos e ideales es un reto, y que la ambivalencia de
juicios morales es una situación patológica que debe rectificarse.
Bauman

Resumen

La ética, comprendida como reflexión filosófica de la moral, implica conocimientos, críticas y proyectos de construcción de escenarios, de cambios en las relaciones que establecemos para la sana convivencia como seres humanos. La utopía es visualización de una sociedad futura, una idea, pero es también un horizonte de acción por cambiar el presente a partir de la exaltación de futuro, es la construcción de escenarios como lugar, como espacio en el que ocurre la actuación efectiva y real de los sujetos. Las tecnologías de la información buscan asegurar aprendizajes haciendo extensivo el uso de tecnologías de comunicación de lo aprendido, por tanto en el Bachillerato General por Competencias (BGC) se busca desarrollar competencias para la gestión de la información, consistentes en ampliar la capacidad de un sujeto en formación para lograr aprendizajes a lo largo de la vida.

La intención es mostrar cómo en la concepción docente de la ética como proyecto formativo para la ciudadanización del ser humano con pensamiento analítico, subsiste la idea de escenario de futuro como proyecto deseable y viable. La reflexión y el compromiso ético no consisten en desear el bien e invocar buenos deseos, es un asunto práctico, es actuar a partir de una realidad en una dirección intencional de futuro.

Palabras clave: ética, utopía y tecnologías de la información.

Introducción

En la propuesta curricular del curso de reflexión ética que se imparte en el BGC, se presume la existencia de una discusión filosófica sin tregua, que supone que existe una superación del gnosticismo, pues la realidad, el ser, existe y la podemos conocer, que la conciencia del mundo está mediado por nuestra forma de conocer, por el lenguaje, por la estructura y forma en la que se presenta, el que, sin lugar a dudas a partir de la última década del siglo XX, puede ser explicado como ángulo con mediación tecnológica. La reflexión filosófica de los planteamientos éticos se encuentra implícita en el manejo de los contenidos.

La utopía, por su parte, supone una visión de lo que ha de ser una sociedad a la medida del hombre, teniendo como centro al individuo real en el contexto de una sociedad que le permite vivir con dignidad, potenciando sus posibilidades de desarrollo, respondiendo a la compleja realidad humana por una ciudadanización comprometida con la justicia y el amor entre los seres humanos.

El escenario es el espacio-tiempo en el que ocurre la actuación efectiva y real de los sujetos. La reflexión ética implica el reconocimiento de los escenarios como un ángulo de lectura, una forma de pensar el futuro; deben servir para decidir lo que hay que hacer en el presente. El reconocimiento de escenarios no consiste en desear lo bueno como valor, no pondera probabilidades, más bien reconoce posibilidades, son una base importante para la creación de imaginarios con condiciones de viabilidad, pertinencia, coherencia, importancia y efectividad.

El futuro es deseable a partir de un plan que se traza como parte de una proyección rica y detallada que retrata el presente como un mundo encauzado de realización viable, planificado a partir de ver con claridad los retos y oportunidades que el presente ofrece como deseable y viable. Un escenario es deseable en tanto diseño imaginativo, no necesariamente realizable, pero realizable en tanto posibilidad y es posible por cuanto sea susceptible de realización. La utopía es visualización de una idea, de un horizonte de acción por cambiar el presente a partir de la exaltación de futuro.

Ética, modernidad y los sueños de la razón

El desarrollo de las nuevas tecnologías: digitalización, informática y sistemas de comunicación, son fundamentales para el advenimiento de la modernidad, comprendida como el arribo de la razón en la creación de una ciudadanía planetaria, pone en entredicho la supuesta necesidad de una ética universal, capaz de dirigirse a la humanidad considerada como un todo, o bien, una ética contextual, relacional, relativista a una persona o grupo de sujetos comprometidos por un mundo mejor.

Uniformidad y marginalidad de un individualismo revestido de humanización como búsqueda constante por ser y llegar a ser, política, tecnológica y económicamente competitivo y creativo en una aldea global donde se comparte la red y se vive a partir de la unificación de lo consumido a modo de información y comunicación. La escuela, en este escenario, educa para la integración de un modelo de vida donde todo se consume a partir de fluidos efímeros de producción, localización y uso eficiente de materias primas y mano de obra calificada.

Educar en la globalización es cualificación del talento humano, todos certificados para el mejor rendimiento al capital y la satisfacción del cliente, donde el planteamiento ético queda relegado a una visión solidaria a favor del crecimiento y el desarrollo económico, donde la productividad dará la satisfacción ética de vivir en una constante innovación.

El sueño de la razón busca guiar reflexivamente a la humanidad para ser feliz y libre en un marco de relaciones en concordia y justicia; es en todas las expresiones teóricas que se presentan como lección de los cambios en las relaciones humanas para la conquista de una sociedad con responsabilidad ético-moral, sueño que requiere más que buenas intenciones, la expresión de un humanismo práctico. La tecnología nos unifica para generar una sociedad informada con respuesta social a los problemas que implican los retos del consumo. Los recursos naturales y humanos (los suelos, los ríos, el mar, las personas, la familia) son la base de la producción, centro del desarrollo de expectativas, búsqueda y ubicación, escalonada social como humanización del deber y libertad de ser.

El distanciamiento es una regulación epistémico-ética del sujeto que aspira a conocer y transformar la realidad. La modernidad parte del supuesto que se vive un mundo en el que los dogmas, los prejuicios y las expresiones son míticas, las supersticiones se han desvanecido, los saberes son aparentes y los dogmas pronto serán cosa del pasado. El sueño de la razón crea y estimula la esperanza por un mundo mejor. La reflexión ética no escapa de esta racionalidad, la lectura del momento histórico y de la actuación moral de los sujetos debe ser elemento de cambio.

En la lectura de la modernidad todo se encuentra en crisis. El deber no es más que una expresión de moral superior, de deseo de justicia y deseos para humanizar al desposeído bajo la idea de hermandad y fraternidad. ¿Qué puede ocurrir? ¿Qué debemos hacer frente a cierta realidad? ¿Qué posibilidades nos ofrece el presente para actuar en cierta dirección? ¿Qué queremos alentar o desalentar? ¿Qué herramientas necesitamos para acercarnos a un escenario de futuro? La primera interrogante orienta el carácter reflexivo de la ética o filosofía moral, en tanto que los cuatro restantes a la visión instrumental y estratégica implicada en la formación y desarrollo de competencias para la vida.

Una competencia para la vida es aquella que nos posibilita una conciencia ética de acciones plausibles, satisfactorias en un escenario de futuro que privilegie las capacidades tecnológicas para información, aprendizaje y comunicación con sentido ético; el diálogo como mecanismo para el manejo y solución de conflictos, lo que supone la autodeterminación y cuidado de sí mismo, el reconocimiento de sus puntos de vista en forma crítica y reflexiva, del análisis del entorno histórico y cultural proyectando acciones, tomando decisiones y sustentando una postura personal sobre temas de interés y relevancia general asumiendo las consecuencias de sus actos.

Reflexionar sobre la conducta moral es una expresión cuya generalidad nos conduce a la especulación de un ser humano ahistórico y atemporal, cuando en el plano real tenemos sujetos reales con una percepción de la realidad y de las conductas morales consideras válidas desde un personal marco de referencia, por lo que hablar de reflexión ética supone el análisis de esas ideas, argumentos y valores en el marco contextual, histórico y social de la realización de proyectos de vida con significación, rumbo y sentido de vida.

El sujeto busca el sentido de su vida desde el punto de vista de su desarrollo biológico, y entonces se cuida a sí mismo, pero desde el punto de vista ético busca la idea de vivir y autodeterminarse como un fin; el placer, la felicidad, la realización, etc., por lo que se pasa de la racionalidad biológica a la filosófica, teniendo los actos y sus expresiones y representaciones subjetivas. En esta lógica, la sociedad está constituida por un conjunto de individuos independientes que toman decisiones racionales de manera autónoma al margen de su entono y de su comunidad. En la toma de decisiones, los individuos maximizan su bienestar individual considerando cálculos racionales dentro de la esfera de las relaciones de la economía y la ética.

Ética, incertidumbre y fragilidad humana

La posmodernidad nos sitúa en los últimos 50 años en el reconocimiento de la incertidumbre como constante de la identidad moral y en la búsqueda de futuros esperanzadores en el marco de la globalización. La ética transita de la modernidad a la posmodernidad, del elogio a la razón, al reconocimiento del sinsentido de la condición humana. Lo anterior significa, entre otras cosas, un ansia de querer saber qué somos, qué nombre le damos a los cambios y, también, cómo los usamos en nuestro beneficio. El espacio y el tiempo donde ocurren las relaciones morales se definen por interacciones que ocurren en tiempo real y a una escala planetaria.

La ética implica el aseguramiento de la confianza ciudadana para caminar en fraternidad por una sociedad a partir de la libertad, la dignidad, la justicia, la solidaridad y el sentido del límite. En el escenario actual o de la era digital, es necesario contribuir a la formación de expertos competitivos capaces de construir y fomentar habilidades para procesar la información, seleccionando la que es útil y confiable de la que no lo es. Las tecnologías de la información crean un escenario red en el que se trastoca el sueño moderno de la modernidad que legisla felicidad, el nuevo adiestramiento del arribo a una nueva realidad donde todo resulta más fácil para los ya de por sí críticos de sofá y activistas de cafeterías.

La gestión de la información es una nota característica de un proceso educativo de calidad y consiste en identificar, organizar y procesar la información. Competencias que a su vez dan paso a nuevos conocimientos, esto es, usa ciertas técnicas y herramientas para reconocer los problemas ideológicos y culturales, económicos, sociales y jurídico-legales que le rodean, originando nuevos conceptos, aprendizajes y formas concretas para producir, comunicar y divulgar información.

La gestión de la información consiste en desarrollar la capacidad de una persona para generar aprendizajes a lo largo de la vida a efecto de favorecer la resolución de problemas, es una situación que incide necesariamente en propiciar aprendizajes, producir conocimientos; entonces la escuela debe potenciar el capital intelectual de un sujeto en formación. La función de un curso de reflexión ética no radica en asegurar cierto tipo de lecturas, sino en gestionar información, procesarla y obtener resultados relevantes que contribuyan a la toma de decisiones.

El mundo requiere de sujetos con visión de futuro, donde proyectar escenarios de desarrollo implica reconocer la prospectiva como vigilancia ética para el conocimiento y la acción. El escenario de aprendizaje debe ser proyectado para proporcionar información sobre determinadas cuestiones. Los escenarios de aprendizaje representan diferentes imágenes de futuro; construir estas imágenes de realidad de futuro nos ayuda a comprender cómo las decisiones y las acciones que hoy tomamos pueden influir en nuestro presente inmediato o futuro que se intenta ir realizando. La esperanza no ha muerto.

Conclusiones

La ética como reflexión filosófica de la moral implica conocimiento, crítica y proyecto de buen trato entre los seres humanos; definir rumbo, establecer un ideal social de relaciones humanas fraternas, ciudadanas y racionales implican una utopía, una mirada histórica de futuro. La reflexión ética da expresión a la modernidad y establece la racionalidad, la lectura del momento histórico y de la actuación moral de los sujetos desde el humanismo liberador.

La utopía abre la realidad como construcción, como ir dándose paso a paso por la idea de ciudadanía mundial, de comunidad de hombres libres y responsables. El sueño de la razón es guía de la humanidad en la construcción de la responsabilidad de ser feliz y libre. La modernidad se presenta como iluminación de un mundo y estilos de vida sin dogmas, sin prejuicios y donde las expresiones míticas se han desvanecido. El sueño de la razón crea y estimula la esperanza por un mundo mejor.

Las competencias para la vida posibilitan una conciencia ética de acciones plausibles, satisfactorias en un escenario de futuro que privilegie las capacidades tecnológicas de la información, el aprendizaje y la comunicación con sentido ético, proyectando acciones, tomando decisiones y sustentando una postura personal sobre temas de interés y relevancia general asumiendo las consecuencias de sus actos.

Las tecnologías de la información crean un escenario que trastoca el sueño de las modernas relaciones humanas, todo resulta más fácil, todo es posible de ser cambiado y mejorado, todos son periodistas y críticos de la realidad. La modernidad desde esta perspectiva implica un cambio en las relaciones de fuerza de los sujetos, el predominio de lo económico en todos los espacios de la interacción social.

Bibliografía

Bauman, Z. (2006). Ética posmoderna. México: Siglo XXI. Recuperado de https://lideresdeizquierdaprd.files.wordpress.com/2016/06/etica-posmoderna-bauman-zygmunt.pdf.

Castells, M. (2012). Redes de indignación y esperanza. Alianza. Recuperado de http://www.redmovimientos.mx/2016/wp-content/uploads/2016/10/Castells-Manuel-Redes-de-indignaci%C3%B3n-y-esperanza.pdf.

Delors, J., Amagi, I., Carneiro, R., Chung, F., Geremek, B., Gorham, W. & Stavenhagen, R. (1997). La educación encierra un tesoro: informe para la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo Veintiuno. Unesco. Recuperado de http://www.unesco.org/education/pdf/DELORS_S.PDF.

Faure, E. (1974). Aprender a ser. Alianza Universidad-Unesco. Recuperado de http://unesdoc.unesco.org/images/0013/001329/132984s.pdf.

Posadas, V. (SFE). La vida de consumo o la vida social que se consume: apreciaciones sobre la tipología ideal del consumismo de Zygmunt Bauman. Recuperado de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0185-16162013000200006&script=sci_arttext.

Zemelman, H. (SFE). Pensar teórico y pensar epistémico: los retos de las ciencias sociales latinoamericanas. Instituto, Pensamiento y Cultura en América, A. C. (IMECAL) “Enseñar a pensar”. Recuperado de http://repository.unad.edu.co/bitstream/10596/5564/1/Documento7.pdf.


Jumb30

La farsa de las tutorías

Rico | Narváez | Villanueva | Ontiveros


Jumb31

Club de lectura Caleidoscopio

Jimena Tierra


Jumb32

Educar sin amor

Luis Rico Chávez


Jumb27

El matrimonio

Juan Castañeda Jiménez


Jumb28

Don Condón

Dolores García Pérez