La vida es la condición para ser y existir, sin embargo el sentido de la vida es un misterio que la humanidad ha deseado descifrar para explicar qué hacemos desde una perspectiva compleja para ser. Desde esta perspectiva buscamos en vano en nuestras creencias religiosas, políticas y filosófico-morales la razón de nuestro existir.
El hombre se hace a diario, no está hecho, tiene que producir y resolver sus problemas materiales y espirituales de existencia, encontrar la explicación de quién es, de dónde viene y a dónde va, es lo fundamental, es el sentido de ser, es cambiar, es moverse, es, si fuera el caso, la esencia de la existencia humana.
Palabras clave: Existencia, vida, ser, esencia.
A lo largo de su vida, el hombre ha intentado descifrar la existencia humana y el para qué estamos vivos. Ciertamente nos hemos creado un sinfín de teorías, pero ninguna que corrobore la verdad. Nos hemos sentido el centro del universo; con el humanismo pasamos a la tangente, y ahora nos encontramos nuevamente naufragando en este mundo sin manual. El hombre ha puesto su fe y esperanzas en algo fuera de lo material, algo mucho más poderoso, Dios, tratando de creer que estamos hechos para algo grande y nos pasamos toda una vida intentando buscar aquello, darle sentido a nuestra vida y a nuestra existencia. ¿Pero realmente lo encontramos?
La existencia del hombre es en vano, o nosotros podemos darle el sentido que queramos a nuestra existencia. ¿Podemos convertirla en lo que queramos? O desde el momento en el que nacemos estamos condenados y determinados. Cuál es el propósito de esta vida y qué sentido tiene vivirla. La verdad es que son muchos los filósofos y grandes pensadores que han intentado resolver estos enigmas, pero no creo que tenga sentido resolverlas en su totalidad, porque la existencia humana es un concepto demasiado amplio, que abarca desde una especie entera hasta la formación del ser y mi yo interno. El tratar de descifrar qué sentido tiene la existencia humana es indagar por la historia, ver las grandezas que hemos logrado como especie y sobre todo buscar la vocación, el llamado, las aptitudes y cualidades. Puede que el sentido de la existencia esté mucho más cerca de lo que imaginamos.
La vida del hombre en nuestro planeta se estima que surgió desde hace unos 2.5 millones de años con la aparición del Homo, el primer género de primates englobados en la palabra hombre, con el Homo habilis. ¿Pero acaso podríamos considerar que la existencia de estos primeros hombres tuvo sentido? Para que el hombre actual tuviera que existir como lo hace hoy día, con su estilo de vida, tuvieron que pasar muchas cosas antes. Son nuestros antepasados, y como tales, deben de quedarse así, en el pasado, para poder abrir surcos a nuevos caminos, pues el fin de una era marca el principio de otra.
De manera humorística hago alusión a la frase “echando a perder se aprende”, pero tuvieron que sacrificarse estos primates para llegar a una conclusión común, el hombre moderno. Entonces, podríamos decir que para nosotros sí tuvo sentido la existencia de estos hombres. ¿Pero para ellos habrá tenido algún significado? ¿Le habrán dado algún sentido a su vida? Jamás lo sabremos; pero creo que si eran capaces de producir herramientas, las hacían con algún fin: comer, cazar o calentarse. Estaban conscientes de su existencia y esto los diferenciaba de los animales a su alrededor, aunque no dejaban de ser hombres bárbaros, no creo que para ellos haya existido el concepto de vida, en lo que ética y moral se refiere; puede que hayan estado conscientes de que existían y de que algún día dejarían de hacerlo con la muerte, pero lo único en que pensaban era en sobrevivir. Sin querer, estos hombres le dieron sentido a una especie completa, quizá para ellos no fue nada, pero para nosotros su existencia fue el inicio de humanidad en los humanos.
Ahora bien, hay una gran diferencia entre existir y vivir. Para mí, existir es un concepto demasiado vago, puede existir cualquier cosa, dado que existir es permanecer y según el uso más común, es la “estancia en el mundo”, esto nos indica que cualquier cosa puede existir, independientemente de si es humano, animal, cosa material o incluso inmaterial, pero cuando hablamos de existencia humana la palabra cobra más sentido, el concepto pasa a algo más cálido, a la vida, y uno podría decir que un animal o incluso una célula tiene vida.
En un sentido más humano, vida tiene más significados, estar vivo y estar consciente de que se está y que se deja de estar en algún momento; experimentar y conocer, gozar de tu estancia en este espacio tiempo. Uno no nace con la vida hecha, la vida es ese algo que vas construyendo día con día, con tu desarrollo, tu crecimiento, con las experiencias que vas adquiriendo. La vida es un concepto demasiado amplio; pero en sentido ético y moral, para mí comienzas a vivir a partir de que eres consciente de tu ser, de que eres alguien, y cuando creces quieres darle respuesta a tu existencia, tenemos la absurda idea de que hemos nacido para algo, de que nuestra vida tiene algún significado o sentido que debemos de cumplir antes de morir, pero no podría negar por completo que quizá el sentido de la existencia del hombre ya esté predestinado; quizá es ese el motor que nos motiva a buscar respuesta a la pregunta “¿para qué es mi vida?” Quiero sentir que dejo marca, que he nacido para algo importante, darle algún significado a mi existencia tan efímera.
Acaso esta vida tiene algún fin. En primer lugar, la existencia es involuntaria, a nadie nunca se le pregunta si quiere existir, de hecho sería algo contradictorio, porque el hecho de preguntarle a alguien eso significa que ya existe; entonces, la existencia es algo prácticamente impuesto y, en pocas palabras, el hombre es arrojado a la existencia. Para Platón, el hombre es animal sin alas, con dos pies, con las uñas planas; el único entre los seres que es capaz de adquirir una ciencia fundada en razonamientos; haciendo hincapié en “animal sin alas” como los impedimentos que le niegan al hombre poder vivir plenamente, disfrutar de la vida, los impedimentos que le niegan el poder ser (Romero, 2013).
Cuando las personas se preguntan el significado de la vida en realidad se están preguntando por qué es por lo que queremos que nuestra vida sea, qué buscamos, con el fin de darle algún sentido a nuestra existencia. Estoy consciente de que yo existo y yo soy; en un sentido de identidad, yo soy alguien, pero yo quiero el desarrollo de mi ser para encontrar ese sentido de la vida, quiero sentir que soy importante y que he venido a dejar huella; pero tristemente pocos son los que la dejan, pocos son los grandes pensadores, los científicos, los descubridores o los que ganan un premio Nobel. En el mundo nacen aproximadamente 367,200 personas y mueren 154,080 cada día (CIA, 2014), y sin embargo la cantidad de personas que le encontraron un sentido a su vida es mucho menor que las que se preguntaron el por qué de su existencia, quizá no todos encontraron para lo que nacieron. ¿Pero acaso lo buscaron?
Jean-Paul Sartre, en su conferencia titulada “El existencialismo es un humanismo” (1946) nos expone que “el hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él hace”. Creo que el ser humano es tan capaz de hacer cualquier cosa que se proponga. Sartre nos plantea que el hombre es lo que viene después de la existencia y lo que puede llegar a lograr, el hombre es vida, y ahora, a partir de que existe tiene que construirla y buscar la formación del ser; el hombre a lo largo de millones de años de haber experimentado, ha trabajado, ha innovado y ciertamente como especie ha dejado huella en este mundo, y es precisamente quizá ese el sentido de la existencia.
A partir de que estamos en este mundo se dan las herramientas para buscar nuestra vocación; al encontrar nuestra vocación encontramos a nuestro verdadero ser. El ser es probablemente el rasgo más importante en la humanidad, quizá la causa de ella y el propósito para el cual vivimos, pero bien es cierto que en su totalidad el ser es lo más importante; el ser ha dado paso al progreso de la humanidad, y a los grandes sucesos que le han acontecido a la humanidad, es la raíz de lo grande; debemos primero saber ser, para poder hacer, y esto únicamente lo vamos a lograr por medio de la vivencia y través de ella vamos a conocernos, saber quiénes somos, a dónde vamos y qué sentido le podremos dar a nuestra existencia.
Termino con una frase de Jaime Sabines: hay que seguir levantándose temprano para esperar diariamente la vida (Renán, 1998); la cito aquí para poder cerrar todo lo que he dicho antes: la vida no hay que esperarla, hay que buscarla, construirla y vivirla, sólo así podremos darle algún sentido a nuestra existencia, venimos aquí, permanecemos y nos vamos, así que tenemos que sacar el mayor provecho, nada está escrito aún, y para mí el sentido de la existencia es la formación del ser en toda su esencia, buscar lo que más nos apasione, pero nunca pararnos y nunca conformarnos, creo que el conformismo es lo mismo que perder, que morir en la búsqueda de tus sueños y anhelos; ese es el sentido de la existencia humana, buscarnos a nosotros mismos, construir una vida plena y destilar con toda nuestra esencia a lo largo de ella; si tenemos este inmenso regalo que es la vida y fuimos arrojados abruptamente a su existencia, hay que hacer que valga la pena, pobre de aquel hombre que termina con ella sin antes no haberle encontrado sentido a su vida, pero esa es la cuestión, tenemos que ir en busca de estar siempre en movimiento. En este sentido retomo lo dicho por Martín Luther King Jr: “Si no puedes volar entonces corre; si no puedes correr entonces camina; si no puedes caminar entonces arrástrate, pero sea lo que hagas sigue moviéndote hacia adelante”.
Central Intelligence Agency (2014). The World Factbook. Recuperado de www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/geos/xx.html.
Landolfi, H. (2014). “¿Tiene sentido la vida y la existencia humana?” Video. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=R6HTA-7bn9g.
Renán, R. (1998). La sagrada familia de Sabines. México: La Cuerda.
Romero, G. (2013). El hombre según Platón. Recuperado de http://filosofia.about.com/b/2013/08/04/el-hombre-segun-platon.htm.
Sartre, J. (1946). El existencialismo es un humanismo. Recuperado de http://espanol.free-ebooks.net/ebook/El-existencialismo-es-un-humanismo.
* Ensayo presentado en el IV Coloquio Filosófico de SEMS 2015 “Luis Villoro”.