A Godi,
por la vida compartida
I
Sube y baja
movimiento en la quietud
nos empuja
a través de la noche
y el día
hacia la primera palabra
II
Remueves tus tristezas
en un sube
y
baja
interminable
Recuerdos
de vida y muerte
que fenecen y resucitan
Juegos de niños al fin
el día amanece
Los años
borran las fronteras
¿En qué momento
tomaste posesión
de mis territorios
inexplorados?
Sendas agrestes
las volviste fértiles
Tu mano comenzó
la construcción
de nuevos universos
¿En qué momento
me extravié
para fundirme
en tu esencia?
Tu piel
estalla:
la noche
es luz
La tarde se demora en las cortinas
la noche aguarda:
tomará por asalto nuestra rutina
convertirá el hastío en calor
los pensamientos vacíos en tormentas
el transcurrir del tiempo
en vorágines oníricas.
Cae la noche.
Regresé de Roma
sin ti
y
sin eternidad.
Deambulé por nuestra ciudad
por nuestras calles de la adolescencia
por recuerdos lejanos
y me refugié en el último rincón
de las promesas y de la verdad
me miré en el espejo y te volví a encontrar.
Una sonrisa
dos miradas
tres besos
forjaron las palabras
del primer nudo
de nuestra relación
Las horas
los días
se enlazan
forjan eslabones
en nuestras vidas
con una palabra
que tiene sentido
luego de veinticinco años:
amor
Escampó
el cielorraso
de la habitación.
La tierra, húmeda,
reposa en la esperanza
de su fertilidad.
La agitación
de la madrugada
es calma.
El nuevo día
augura tormenta.
Esta noche
durmió la oscuridad.
Las horas transcurrieron
bañadas por una luz
de mediodía.
La agitación diurna
animó los momentos
que ascendieron
como escala
hasta el amanecer.
El frío muerde
no es una metáfora
también penetra
como clavo
corta
como cuchillo.
Nos obliga a refugiarnos
en una habitación
extraña, donde
volvemos a encontrarnos.
El viejo pacto
se renueva
nos reconocemos otra vez
y el frío nos calienta.
No hay palabras
explosión de emociones
sin nombre
conceptos hundidos
en la niebla
una historia vieja
transcurre por primera vez
un nuevo ser en mis brazos
me regala
una vida nueva
Hay un rocío
que fecunda los días
Su lluvia bienhechora
se remonta
a los orígenes
de la vida
Desciende del cielo
cubre noches y días
nos cobija
es luz y sendero
Un faro no lanza
luz tan intensa
porque la tuya
se alimenta
con la vida
Y es la luz que nos nutre
que define el tiempo
y embellece el mundo
Cae la semilla
en tierra fértil
se transforma
sus raíces sustentan momentos
mañanas cálidas, promisorias
mediodías de reposo, meditabundos
tardes lluviosas, memorables
noches nuevas
que preparan el fruto
de otro día y otra vida
que comienzan
Reposa tranquila
al pie de la cama.
Guarda en su entraña
las memorias
de un amor devoto.
Noches de luz y fuego
días de intensas
y fascinantes caminatas
de una vida desgranada
en recuerdos atesorados
como joyas invaluables
del almanaque del mundo:
reposa tranquila.
Duerme la tarde
en claroscuros
de recuerdos marchitos
Gotas caen
como palabras
silentes
En medio tú y yo
empapados
en el anhelo
de avivar
brasas que se encienden
a pesar de la llovizna
Apartamos
rescoldos de vida
palabras nuevas
para repetir
nuestra historia
para descubrir
próximos horizontes
en un álbum
de fotografías viejas
e instantáneas
reconstruimos
el rompecabezas
cotidiano
del pasado y del futuro
transcurre la tarde
Es la misma vida
que se goza
en nuevos huesos
una piel de siglos
renacida en la limpidez
de mi mirada
Tú
como Eva
concentras la belleza
en un punto negro
junto a la boca
Cuántos momentos amargos
cuántos ceños fruncidos
y puños crispados
cuántos gritos mudos
cuánto dolor ahogado
odio, tristeza, resignación
el peso de los días
las caricias, la pasión
equilibran la balanza
y terminamos
sumisos
en total rendición
El final de la jornada
un café
las palabras justas
la proximidad de las manos
la elocuencia de la mirada
y sin más preámbulos
la noche y
tu piel bajo las sábanas
El avión aterrizó
sin novedad
por primera vez
como un destello
un paso fuera del aeropuerto
me reveló
que recorrería
territorios inexplorados
avancé arrobado
por calles estrechas
tortuosas
laberintos sin salida
me extravié
entre rostros
nuevos, desconocidos
perdido
en castillos, museos
edificios nuevos
para llegar al final del viaje:
tu cuerpo
744 horas
31 noches
soledad
tu memoria
en mis dedos
en papeles estrujados
palabras vivas
húmedas
¿lejana?
viajas bajo mi piel
Cuatro momentos
inolvidables
innombrables
la urgencia de la distancia
la explosión primigenia
en la noche
juntos
hasta la eternidad
Se abrió la noche
como un abismo
nubes se amontonaron
y el cielo se vació
con negras gotas
que empaparon nuestra memoria
¿Cuántos relámpagos
agrietaron nuestros cuerpos?
¿Cuántas heridas quedaron
en carne viva?
Qué importa
la lluvia lava
y el abismo devora
los malos momentos
y los arroja
hasta el fondo de la noche
Avanza el día
con pasos silenciosos
como si temiera
interrumpir
tu vida y la mía
qué más da
si ya somos uno
y los viejos recuerdos
habitan el olvido
de un pasado lejano
de soledad
el día se aleja
en silencio
La vida sigue
la sonrisa en tu cuerpo
la vida en tus ojos
tus dedos, tus pasos
en mi territorio
mi mano te explora
mis pies caminan
contigo
hoy
Paulina García González
Fulgencio M. Lax España
Eva Medina España
Rolando Revagliatti Argentina
Fernando Sorrentino Argentina
Jorge Fábregas
Andrés Guzmán Díaz
Rubén Cárdenas