Subyacen en las celdas
Mientras
desmenuza gardenias
Darío
les canturrea.
Desgaja
la luna
el deseo
La vanidad se atrinchera
en los manzaneros
Distrae la ficción
un balido mortecino.
Descalzos se observan
(en la orilla)
Apuradas
asoman las estrellas
cuando
abrazados, se desnudan.
Aciagos murmullos
alfombran las hojas
En el barro
desplumados recuerdos
Entre tules
sucumben
las hilachas.
Panaderos
en los libros y su quietud
Leontina parpadea
frente a los nardos
y sucumbe
ante unas mariposas.
Crepita
en la moribunda noche
de Lucas
esa risita.
Te descubro en las quietudes
en los insomnios acordonados
y cuando se agitan las cenizas
Poemas
misterios
¿voraces?
empujan
y me provocan.
Un ingenioso tajo
abre los postigos
de un alma encerrada.