Cuando he atendido a mujeres violentadas por sus maridos, durante el tratamiento psicoterapéutico me refieren sorprendidas que su esposo les hizo la misma primer pregunta (la del epígrafe) al ver sus cambios conductuales. Todo termina cuando la mujer se atreve a decir no.
La violencia es un problema social con dimensiones que afectan en su mayor parte a mujeres, niñas, niños, ancianos y ancianas, quienes por su edad o por su género son receptores de ella, sin ser vista con gravedad hasta el momento en que la violencia llega a los extremos.
El objetivo de la violencia es mantener y obtener el poder sobre los demás. La violencia intrafamiliar es toda acción u omisión cometida por algún miembro de la familia en relación de poder, sin importar el espacio físico donde ocurra. Se manifiesta con violencia psicológica, física, económica y sexual.
Cuando la víctima justifica las manipulaciones de otra persona se está ejerciendo una violencia que no se ve, que no se toca, sólo se detecta en el cambio de conductas; este tipo de violencia es la psicológica. Consiste en omisiones mediante la indiferencia, amenazas, prohibiciones, intimidaciones, desprecios, humillaciones. Una de sus manifestaciones es la baja autoestima, sentimientos de miedo, ira, vulnerabilidad. Para agredir no es necesario hacerlo con groserías; una mirada, un tono de voz o cualquier insinuación es suficiente para que una persona se sienta humillada.
La violencia física es muy evidente, deja lesiones internas y externas. Este tipo siempre estará acompañado de la violencia psicológica, siendo su objetivo dañar emocionalmente a la persona, desgastándola y quitándole su poder de sobrevivir. Se ejerce contacto directo mediante golpes, empujones, jalones, patadas, mordidas, estrangulamientos, limitar sus movimientos (amarrar o encerrar), arrojar cosas. Sus consecuencias en la salud son hematomas, heridas, fracturas, lesiones internas, quemaduras, hemorragias, desnutrición, abortos, conmoción cerebral y la muerte; el maltrato físico también produce consecuencias psicológicas como la tensión, terror, agotamiento, desánimo, alteraciones de sueño, malos hábitos alimenticios y trastornos psicológicos.
La violencia sexual consiste en someter por la fuerza o control psicológico a una práctica sexual. Incluye tocamientos, caricias, insinuaciones, peticiones sexuales, amenazas, acoso, hostigamiento, críticas, introducir objetos en los genitales o el ano y violación. La salud física se ve afectada con lesiones, infecciones vaginales, anales, del tracto urinario, boca, embarazo o aborto. Las consecuencias psicológicas son baja autoestima, ideas o actos autodestructivos, trastornos sexuales, depresión, ansiedad, estrés postraumático, abuso o dependencia a sustancias tóxicas.
La violencia económica se manifiesta en el control y limitación de los recursos condicionándolos, impidiendo acceso a los bienes o servicios, poniendo en peligro la sobrevivencia. Los hombres en la sociedad patriarcal tienen aún la creencia de quien genera dinero toma las decisiones, tiene mayor estatus político y social. Algunas mujeres invierten el dinero encasa, mientras que los hombres destinan una parte para ellos y la restante es para los gastos en casa, pareciera que las mujeres no tuvieran el derecho de invertir en sí mismas. Las consecuencias físicas se reflejan en la salud de la víctima y de la familia, desnutrición, pérdida parcial o total del patrimonio. Las consecuencias psicológicas son sentimientos de abandono, indefensión y codependencia.
Hay mucha información al respecto, y fácil de encontrar. El cine ha proyectado películas sensibles al tema, la más conocida, Durmiendo con el enemigo, con Julia Roberts; la película española Sólo mía con Sergi López y Paz Vega, y la película mexicana Cicatrices con Nora Salinas y Rodrigo Abed.
Es posible disminuir la incidencia y prevalencia de la violencia intrafamiliar por medio de programas integrales. La violencia es un serio problema de salud, tiene un alto costo económico y social, convirtiéndose en una barrera para el desarrollo económico. Nuestro estado lleva a cabo programas con atención vanguardista, como los implementados por el Consejo Estatal para la Prevención y Atención de la Violencia Intrafamiliar (CEPAVI), la Clínica de Atención Integral al Varón, la primera en su tipo en todo el país, las Unidades de Atención a la Violencia Intrafamiliar (UAVI) del DIF. Hay que detectar la violencia observando las señales para prevenir a tiempo y evitar el sufrimiento.