¿Cuánto más lejos puedo ir por acercarme
si ya fui hasta el poema?
Centrado en la palabra que te nombre
voy y vengo. Soy nada sin todo
lo que a traerme viniste contigo.
¿Cuánto más podemos acercarnos
si la lejanía no da más lejanía?
¿Cuál es la distancia más corta
entre nos si a pesar suyo
un instante basta para tenerte
aquí tan solo? Me vine lejos
por ver si me alejaba:
traigo tan cerca la distancia.
El olvido —decía Cardoza— es un recurso
de la memoria. Y recuerdo por olvidarme.
Comienzo un día. Y no hay día
por terminarse.
La voz del canto
nada saca desde ningún fondo:
hunde lo mortal de la vida
en la contemplada y Suma
Unidad
Del cantor de los estos cantares
de lo otro aquí
La vida te lleva en su tablero
de un blanco a otro blanco:
mueve sus piezas
contigo en el movimiento:
tiene fines sin fin.
Porque hubo viento
y silencio en mi pelo y en mi boca,
porque pasó una hormiga por mi piel
y siguió su camino,
porque hablé amargamente y me tragué
sin sal mis palabras,
porque tuve sudor en mis manos y saliva
en mi lengua, cual debe ser,
porque 5 y 5 a veces fueron 10 en mis cuentas,
porque circulé cuadradamente los caminos,
por eso
creo tener derecho, ahora que tengo tanto sueño,
a irme a dormir
dejando a medias este poema.
Del corazón al pensamiento
me fui contigo. Toqué
mi corazón con tu mano
y se quedó encendido.
Te llevé al pensamiento
y subió como espiral
hasta el fondo de su abismo
Tu palabra está sembrada
en la neurona del árbol florido.
Y canta. Cada botón
da muestra de la distancia
recorrida: la montaña es marítima
en tus ojos. Y el desierto
da río sin distancia.
Voy diciendo
lo que dices.
Aporto
mi silencio.
Me agrego
a tu ritmo
y hablo desde ti.
Las palabras vienen
siendo nuestras.
Uno sólo es el fin.
y uno sólo es el principio
Vas diciendo lo que digo.
Sumergirse
en el silencio.
Ir al fondo.
Nadador total: nadar.
Pescar la perla. Volver.
Vencer fantasmas, arrecifes.
Salir. Con la palabra
en la boca
A fuego lento
se encienden las palabras:
señales de humo
contra la distancia
Subido al árbol del lenguaje
el silencio da racimos
al instante