La dimensión ambiental en el currículum del pregrado de la Universidad de Guadalajara

Juan Manuel Ortega partida

 

 

 

La dimensión ambiental en la formación universitaria de la Universidad de Guadalajara: antecedente y desarrollo
La humanidad, en su afán de progreso, arriba al siglo XXI en medio de una lamentable crisis ambiental,10 reflejada no sólo en el ámbito de la naturaleza, como se indica en el incremento de la desertificación a partir de la tala irracional, el calentamiento global, el deterioro de la capa de ozono, la consecuencia de la emisión irresponsable de contaminantes, de las sequías y, en general, en la destrucción de la biosfera, pero tal degradación y crisis cobra expresión en el plano social al acrecentarse la violencia, las migraciones forzadas y masivas, el desempleo, la pobreza y las diferencias entre regiones y grupos sociales. El modelo de desarrollo social y personal se encuentra cuestionado, pues crea una sensación de sinsentido a los efectos negativos de su esquema de desarrollo.

El modelo de sociedad industrial actualmente imperante ha conseguido instaurarse a escala planetaria; la mundialización de la economía se instala como globalización, acentuando un doble efecto de situaciones indeseables: el de la crisis social, como consecuencia de la pobreza material y moral de los seres humanos, y el de la crisis ecológica, como consecuencia del deterioro de ecosistemas, transformación de condiciones de hábitat y destrucción o extinción de la cohabitación de la comunidad biótica.

Lo anterior implica la revisión del esquema o modelo social y cultural de la forma de cómo se concibe el consumo y el aprovechamiento de recursos naturales, donde es comprensible que el consumo como una acción individual afecta el sentido social de la responsabilidad y el compromiso personal emerge para la búsqueda de soluciones colectivas. El consumidor responsable debe ir más allá de la simple relación calidad/precio y de la persuasión publicitaria, para llegar a cuestionar aspectos relativos a los procesos de producción, distribución y comercialización, así como los costes ambientales y las implicaciones sociales. Todo ello amparado en un marco normativo legitimador que regule los procesos de producción y que favorezca el desarrollo de un movimiento asociativo-constructivo con una participación activa en lo económico, social y político.

Desde esta perspectiva, la educación ha de contribuir a desarrollar esa capacidad de compromiso y de acción de los consumidores, a fin de que sepan actuar con criterio y con conocimiento de causa sobre las implicaciones ecológicas y sociales de sus acciones. Desde este enfoque se promueve la idea de un consumo solidario y equitativo.11

***El ser humano ha adquirido paulatinamente conciencia de que su actuación en la era global es destructiva, por tanto tiene ante sí una disyuntiva que plantea dos opciones inequívocas: por un lado continuar con modelos de desarrollo donde producir es parte de los procesos en los que se determina el interés económico y por tanto prevalecen y marcan las líneas de explotación de los recursos y con ello elevar los hábitos de consumo, o bien, como segunda opción y en contraste con la anterior, donde la comprensión del hombre y de sus ideologías lleva a la consideración de que si alguna hegemonía debe existir en este siglo, es la hegemonía de la sustentabilidad, de preservar el entorno ambiental.

El paradigma del desarrollo sostenible12 constituye hoy una alternativa consistente y esperanzadora a las crisis actuales en que se promulga una reorientación de los modelos económicos y tecnológicos inspirados en reorientaciones culturales y axiológicas que se sobrepongan a planteamientos exclusivamente antropocéntricos. La reorientación de modelos exige también una recomposición de las formulaciones epistemológicas y de las lógicas disciplinares en que se articulan los actuales conocimientos científicos para abrir paso a otros escenarios de integración interdisciplinar, transdisciplinar y de construcción participada de la ciencia básica y aplicada.

La universidad debe y puede jugar un papel activo en el proceso de transición hacia las sociedades sostenibles, esta es una razón de peso fundamental que se recupera en la formación profesional, la investigación científica y la difusión de la cultura en las sociedades contemporáneas. No se trata de una simple orientación profesional medioambiental, sino de una educación para cambiar la sociedad, una educación total que contribuya a la mejora de la calidad de vida de las personas y del entorno que se centre en el sujeto de la educación y no en un simple repaso de nociones acerca del medio ambiente.

El ingreso de miles de jóvenes a los espacios universitarios es un hecho que obliga a las universidades a instituirse como portadoras de la necesidad de crear, producir y transformar hábitos personales, desarrollo de prácticas de formación, portadoras de la conservación y regeneración del medio ambiente. Es en el marco de la formación profesional donde se da la proyección de modelos sociales económicos con base en la sustentabilidad. La universidad forma los nuevos profesionales que han de ocupar los escenarios laborales del futuro, constituyen una fuerza de cambio, potenciadora de las innovaciones a partir de las cuales se forjan los retos del desarrollo sostenible a partir de lo local, del desempeño profesional con visión a escala global.

La Universidad de Guadalajara, a través del Centro Universitario de la Ciénega, atendiendo a las exigencias de una educación pertinente, define como una política educativa la educación ambiental, misma que tiene como objetivo13 no sólo una formación a favor de la naturaleza, sino una educación integral que contribuya a la mejora de la calidad de vida de las personas y de su entorno, donde la formación se centre en el sujeto y no en el medio ambiente en sí mismo, esto es, una educación con sentido de pertenencia, productividad y respeto a la relación humana con sentido bioético.

El acercamiento a la situación particular de conocimiento y problematización a los esfuerzos por comprender y atender la incorporación de la dimensión ambiental en los currículum de licenciatura del Centro Universitario de la Ciénega, implica un ángulo de lectura desde las diferentes disciplinas y campos profesionales a efecto de afrontar en forma inter y transdisciplinar la problemática de la práctica profesional a efecto de desarrollar estrategias de sustentabilidad vinculadas con el entorno social y empresarial.

La educación ambiental que se promueve en los estudios universitarios que se ofrecen en el Centro Universitario de la Ciénega de la Universidad de Guadalajara y que se desarrollan en la actualidad no tienen una manifestación única, ni se ajusta a un prototipo exclusivo de intervención educativa de mejora; más bien, existen prácticas diversas orientadas por intereses divergentes mediatizadas por recursos, contextos y por instrumentos de variada naturaleza, que son concretadas en las prácticas de formación y futuro desempeño laboral de sus egresados.

Una visión sistemática14 de esta multiplicidad de prácticas que se concretan en espacio formativo no sería viable sin abordar, de entrada, un planteamiento más exigente acerca de la naturaleza implícita de los fundamentos ideológicos, antropológicos, políticos, económicos, psicológicos, filosóficos y educativos que le dan sustento, así como de los fundamentos epistemológicos de orientación profesional que subyacen en cada programa educativo y que dan sentido a la intencionalidad que marcan a otros conceptos, teorías y presupuestos que los avalan y que dan razón de ser al trabajo diario de los profesionales docentes, a las prácticas de los planificadores, así como a los procedimientos de gestión y de desarrollo de diseños creados por investigadores interesados en el campo disciplinar del medio ambiente, o a la acción profesional de los egresados de dichos programas educativos en contextos laborales específicos del ejercicio profesional.

En los últimos años, las acciones15 emprendidas por la Universidad de Guadalajara, en tanto red universitaria de Jalisco, buscan recuperar y materializar dicha preocupación, en las que se establecen estrategias que han buscado incluir temas, asignaturas o áreas de formación sobre desarrollo regional, recursos naturales, conservación medioambiental, manejo de residuos, sustentabilidad y responsabilidad ética profesional, reformas o acciones a partir de las cuales se genere consenso para la mejora de lo ambiental como condición existencial del ser humano.

Notas
10 La aguda crisis ambiental es producto de nuestros hábitos de consumo, es una crisis global que implica una revolución cultural, esto es, un cambio en nuestras formas de percibir, interpretar y reformular nuestra visión a largo plazo como humanidad. La educación ambiental adquiere un escenario de reconstrucción holística, interdisciplinaria, articuladora del conocimiento, la información y los saberes, por tanto una oportunidad para pensar la crisis ambiental para la búsqueda de una forma de relacionarnos con nosotros mismos, con la naturaleza y con la sociedad. Recuperado de:
http://www.cicy.mx/Documentos/CICY/Sitios/Biodiversidad/pdfs/Cap8/13%20Educacion%20ambiental.pdf

11 Es de suma importancia el reconocimiento de la huella ecológica, esto es, el reconocimiento del daño o deterioro ambiental que implica la producción irracional de productos, por consiguiente la formación ambiental implica un cambio en los hábitos de consumo a partir de necesidades reales, es decir, implica el reconocimiento del consumo innecesario fincado en el mercado y con ello un cambio en el estilo de vida. Recuperado de:
http://www.cfc-sturias.es/UserFiles/1/File/Guias%20y%20agendas/Consumo.Generalidades/la_huella_ecologica_habitos_consumo_responsable_(FACUA).pdf

12 Es necesario cambiar el mundo desde un paradigma emergente fundamentado en el desarrollo sustentable, esto es, a partir del reconocimiento de la producción de mercancía para un consumo responsable. Recuperado de:
http://www.bibliotecavirtual.info/wp-content/uploads/2011/11/cambiar_el_mundo_desde_el_consumo.pdf

13 Esto es, el CUCiénega en correspondencia con el planteamiento de calidad medioambiental, establece 4 grandes objetivos, relativos a: 1) Consolidar un modelo de gestión académico-administrativo, fundado en la planeación, programación, presupuestación, evaluación y rendición de cuentas. Que se distingan por su calidad, sencillez, celeridad, eficiencia y estén certificados por instancias externas de validación. 2) Dar respuesta a la demanda educativa en el nivel profesional, promoviendo el compromiso social e impulsando la vinculación con la Región Ciénega en el ejercicio de las funciones académico-administrativas. 3) Fomentar una cultura de cumplimiento de los estándares de calidad ISO de los servicios educativos. 4) Sustentar la calidad de los programas educativos con base en los objetivos de los servicios educativos señalados.

14 El abordaje de la educación ambiental desde el terreno del currículum, implica un acercamiento desde la complejidad, desde diferentes ángulos a partir de los cuales se piensa el problema ambiental de la semiótica del significado de los términos empleados, pero también desde el aprendizaje de una realidad en construcción, de actuación de responsabilidad y de búsqueda de mejora. Por consiguiente, es de subrayar que el enfoque de la complejidad en la educación ambiental se concibe como superación de la dicotomía sociedad-naturaleza, a partir de incursionar en una superación del cambio de consumo material y el grado de conciencia sobre el consumo y la representación ética espiritual de sobrevivencia biótica. Recuperado de: http://biblioteca.clacso.edu.ar/ar/libros/campus/soto/Capitulo%20IX.pdf

15 En el marco de los trabajos realizados por el acuerdo de la ANUIES, en el Programa de Educación Ambiental de la Región Centro Occidente del país, la Universidad de Guadalajara presenta el Plan Ambiental Institucional, en el que se enmarcan 5 etapas de acciones realizadas a partir del concepto de pertinencia establecido por la UNESCO, desde 1995, etapas en las que se establece el precedente histórico de las políticas institucionales en el marco de las prioridades del siglo XXI. Recuperado de:
http://www2.inecc.gob.mx/publicaciones/libros/689/regioncentroccidente.pdf