

Educación media superior: cobertura con calidad y pertinencia
Abstrac
          Una educación con calidad es la exigencia  del entorno social y económico del siglo XXI. Ofrecer servicios de educación  media superior en México es una obligación del estado a partir de la reforma  constitucional del 2012. En el presente ensayo se aborda la exigencia por  mejorar la calidad de los servicios educativos en el nivel medio superior, por  tanto la iniciativa de la Secretaría de Educación Pública es crear el Sistema  Nacional de Bachillerato y la constitución del Marco Curricular Común que  permita el reconocimiento de la diversidad de opciones que se ofrecen en este  nivel, la movilidad y el tránsito de estudiantes en este subsistema y la  pertinencia requerida para este nivel educativo.
Introducción
          El expresidente Felipe  Calderón, el pasado 8 de febrero de 2012, firma el decreto en el que se  establecen las reformas constitucionales a los artículos 3 y 31  constitucionales, que establecen la obligatoriedad del estado de ofrecer  cobertura universal en educación media superior.
          
          Educar  para la buena vida es la expectativa a cumplir en la sociedad del conocimiento.  Que a todos los seres humanos le sean garantizados los bienes culturales  producto histórico de la actividad humana. Adquirir competencias para la  realización de una actividad productiva es tan sólo una tarea que la sociedad  enfrenta para la educación de las nuevas generaciones.
          
          La  escuela es la postulación formal del proyectivo formativo que se desarrolla en  el marco de una sociedad que invierte en la formación de sus cuadros de  profesionales y técnicos. La complejidad de la escuela en tanto estructuración  social o sistema que ofrece dicho servicio no está en discusión. El sistema de  educación en México es una estructuración de niveles y opciones formativas  diversas.
          
          En  el ámbito económico, contar con una educación media superior (EMS) en todo su  potencial será cada vez más un requisito para que los jóvenes logren obtener un  empleo razonablemente bien pagado y que les ofrezca posibilidades de desarrollo  laboral. La cobertura, la calidad y la pertinencia de los estudios es el reto  de una sociedad que pugna por la innovación, el uso eficiente de sus recursos y  acrecentamiento de una sociedad que garantice la conservación y sustentabilidad  como forma vida.
          
          El  presente ensayo busca una aproximación a la problemática de la cobertura y la  discusión académica de la calidad y pertinencia de los estudios del nivel medio  superior a partir de la creación del Sistema Nacional de Bachillerato que como  parte de la Reforma Integral de la Educación Media Superior se establece por la  Secretaria de Educación Pública en el sexenio 2006-2012, así como el arribo a  la etapa de la modernización y compromiso en el sexenio 2012-2018.
Educación media superior en México
          La EMS es aquella que  por antecedente formativo se ubica en el inmediato precedente de los estudios  de licenciatura, mismo que forma parte de la formación de personas cuyos  conocimientos y habilidades deben permitirles desarrollarse de manera  satisfactoria, ya sea en sus estudios superiores o en el trabajo y, de manera  general, en la vida.
          
          La  EMS en México está compuesta por una serie de subsistemas que operan de manera  independiente, sin correspondencia a un panorama general articulado y sin que  exista suficiente comunicación entre ellos.1 Desarticulados entre sí,  el reto es encontrar los objetivos comunes de esos subsistemas con la intención  de potenciar sus alcances, sin perder de vista la competitividad que se exige a  sus egresados.
          
          En  este orden de ideas no se debe perder de vista que se requiere en el país una  EMS con todo su potencial, requisito para que los jóvenes logren obtener un  empleo razonablemente bien pagado y que les ofrezca posibilidades de desarrollo  laboral.
La EMS, pluralidad curricular y búsqueda de opciones  operativas
          La EMS se constituye como opción formativa  propedéutica y profesionalizante en México a partir de la década de los  setenta.2 Esta dicotomía influye considerablemente en la orientación  con la que históricamente se ha presentado esta opción formativa. Como producto  de este desarrollo histórico existe un catálogo considerable de instituciones y  planes de estudio en el país. Por un lado esto resulta en una sana pluralidad y,  por otro, ante la falta de un sentido general de organización, en una  dispersión curricular que no expresa los objetivos comunes que debería tener la  EMS.
          
          La matrícula  se encuentra distribuida en las siguientes opciones formativas entre las que se  identifican:
Opciones  que se ofrecen por las dependencias centralizadas y descentralizadas de la  federación, de los estados y las instituciones universitarias autónomas,  principalmente.3
          
          En  cuanto al tipo de control de este nivel, la Ley General de Educación otorga  facultades concurrentes al gobierno federal y a los gobiernos de los estados;  ambos tienen atribuciones para organizar y operar servicios de EMS. Las  universidades públicas y las particulares con reconocimiento de validez oficial  de estudios también tienen participación en este nivel. Las opciones asociadas  a las universidades públicas se identifican como de control autónomo.
          
          Es  una distribución que atiende las especificidades propias, por lo que se puede  apreciar que las opciones de EMS son variadas y tienen orígenes e historias  diversas. A pesar de que los objetivos de las distintas instituciones son a  menudo semejantes, los planes de estudio de cada una de las opciones son  distintos y la movilidad entre instituciones tiende a ser complicada, sino es  que imposible.
          
          En  el marco de la diversidad de opciones se establece a partir de la federación la  búsqueda de opciones para un adecuado desarrollo de la EMS en México, es por  esto que se plantea un programa de reforma que busque considerar aspectos  comunes a los distintos subsistemas, al tiempo que atienda esta falta de articulación.  Aunque los objetivos de distintas instituciones pueden ser similares, no se ha  trabajado lo suficiente en una clara definición de la identidad de este nivel  educativo.
          
          La  búsqueda de la identidad no debe entenderse como la unificación de los planes  de estudio o la homologación curricular. Los estudiantes deben tener libertad  de elegir entre diferentes opciones de acuerdo a sus intereses, aspiraciones y  posibilidades. La matrícula de la EMS es cada vez más plural, y el sistema  educativo debe dar cabida a esta diversidad.
          
          Adicionalmente,  la pluralidad de modelos académicos enriquece la búsqueda de respuestas a los  desafíos de la educación. En un país que enfrenta grandes retos en esta materia  es deseable que las instituciones respondan a ellos de manera que puedan  avanzar sobre su propio aprendizaje y el de otras instituciones.