En la noche encapotada
fluctúan
borrosas formas
que generan incertidumbre
La osadía del viento
en busca de espacio
hostiga la insonoridad
En garganta de lata
el sortilegio de unas cuerdas
derraman añoranzas.
Agustín
a pasos desorbitados
se acomoda en el banco de la plaza
y dispara-
Versos hambrientos
danzan quebrados
Una flecha
interrumpe la complicidad
Gatean las estrofas
escondiéndose
entre las vocales
que aplauden.
Evapórase
un místico:
la pluma excitada
devela
el legado
que germina en rey.
Otórgase
suntuosidad al impulsivo
mientras
fondea la lujuria
y así:
cuenca a la imaginación.
Transparencia
en la atormentada cabellera
Picotean
extremidades
afilados gansos
La infancia no remienda
Desprejuiciados choclos arrullan
la historia.
Indeciso
un bastón
tolera el desquicio
Tambalea
el argumento
Jubilado
gesticula
el bandoneón
¿Y qué instintos
remotos
desabrocha el tango?
Los ojos tajean la inmediatez de la cuchara
con su desgaste ya esa sonrisa
también se rasga.
Pesadillas
en cuyos plisados
más o menos
despierto
ciego
y espeso
en el holograma
de un jacarandá
y girasoles.
Larvas que
(yo sé que es posible)
se ajan
Los vínculos
mutan grietas
enlazan hilachas
prejuzgan.
La galera
y en los espejos
tintineando
los botones
festoneados
De
etiqueta
Entarimado
lo descuartiza
su actuación.