Firmo como Papalotl. Fui una niña tranquila, introvertida, a quien le gustaba curiosear por los montes y estar en contacto con los animales. Desde esa época me gustaba dibujar figuras sencillas en mis cuadernos. Mis notas las acompañaba con algún dibujo. Aunque mi camino lo dirigí hacia la psicología, nunca abandoné el dibujo. Estudié cursos de dibujo y pintura (2006) mientras estaba en la carrera. Mi obsesión por el mundo de las líneas, trazos, garabatos, colores y formas lo llevé como apoyo a la terapia y así enlacé mis dos pasiones por medio de la arteterapia. Me convertí en madre (2014) y de alguna manera sentí que mi sensibilidad se desbordó; estaba ansiosa por plasmar mi mundo. Me alejé de la psicoterapia y me entregué a los lienzos, trayendo esa sensibilidad que me venía desde la infancia. Ahora todo está claro. Mi amor por la naturaleza, hacia los animales, hacia la vida, el respeto hacia uno mismo, el autoconocimiento, el empoderamiento femenino, eso es lo que intento plasmar en cada obra. Actualmente formo parte del Colectivo Pintoras Mexicanas y del Colectivo Mujer y Arte