A orillas del Tonachin
con hilitos de humedad
disfrutando la quietud
soportando el más acá
deseando ya el más allá
con olor a chichimbre, a pan
la tortilla con piquín
entre pesares y nostalgias.
A esperar el más allá
no tarda ya
en el mercado el zacahuil
la tortilla en el comal
para tacos de nopal
entre el humo y el café.
A esperar el más allá
si ya está aquí
con el silbar del cheje
tras miguitas de alfajor
y el cucho volador
al cruzar el Tonachin.
A esperar días de paz, de luz
con los sones de Veracruz
disfrutando los colores
soportando los calores
deleitado en los olores
y esos sabores
al compás de los sonidos
que solo se dan en la huasteca.
Soñé que llegarías a mi vida como un torbellino,
verte corriendo, escuchar tu risa alegre,
cuestionando nuestro mundo y nadar en aguas mansas,
contemplando los mil colores del arco iris.
Mas caímos en mares borrascosos,
con aguas oscuras y tiburones cruentos
¿cómo aprender a nadar en esas aguas?
¿a interpretar tus silencios?
¿cómo leer tu decir en la mirada?
¿a vivir sin tu risa?
Un día aprendí que, a veces,
los silencios dicen más que las palabras,
que el negro es el color de los abismos,
el verde, el color de la esperanza,
azul, el color del firmamento,
que se confunde con los mares;
tú decides los matices,
hazte amigo de tus mares,
comprende a los tiburones.
Seré tu boca, hablaré por ti,
seré tus pies, caminarás junto a mí,
seré tu razón para ayudarte a discernir
seré tus ojos y verás el mundo
a través de los míos,
viajaremos juntos, matizando la vida
de azul, de rosa... y aun de gris.
Alza el vuelo el ave
emigra
buscará su propia primavera
construirá su propio nido
El jardín sabe de los secretos
de su hermoso plumaje
habita al gusano que lo alimentó
y en él se escucha la música de su trino
Volará alto
se unirá a otras parvadas
resistirá fuertes vientos
sobrevivirá tormentas
mudará su plumaje
El jardín guardará sus secretos
albergará al gusano
florecerá al evocar sus trinos
por siempre preservará su primer nido