Si podemos planear un pequeño recorrido en bicicleta, probablemente sea fácil organizar nuestra forma de vivir la vida. Siempre he pensado que andar sobre ruedas te brinda una perspectiva de ella.
Rodar en bicicleta es un ejercicio en solitario y comunitario a la vez. En realidad uno no viaja solo, la bicicleta lo es todo, como la familia.
Viajar en carretera puede convertirse en un recorrido pesado aunque sea corto el trayecto, o liviano, según la actitud con la que se viaje. Esta manera de pensar es crucial al enfrentar nuevos proyectos o mantenerse en ellos. ¿No me cree? Observe cuál es su actitud un viernes por la tarde: puede ser un día tan largo como lo imagine. Sea optimista.
Los frenos en realidad no los uso cuando hago muchos kilómetros. Al hacer distancia prefiero bajar la velocidad que perder el ritmo en segundos. ¿Cuántos proyectos dejamos truncos? ¿Cuántas cosas dejamos de hacer por miedo?
El casco protege de los golpes en posibles caídas, al igual que la actitud positiva enfrenta a las personas tóxicas (las que hacen daño). La cabeza, la mente y la salud mental debemos de cuidarla a toda costa, pues es lo más valioso que tenemos.
Aunque salga a pedalear unas cuadras, lleve lo necesario, cargue siempre sus herramientas y conozca cuál es su función y para qué sirven. En la vida tenemos muchas personas que nos pueden ayudar a enfrentar cualquier adversidad, y muchas de las veces no sabemos que existen. Nosotros mismos nos damos cuenta de lo que somos capaces en una situación adversa, somos nuestros propios maestros.
Quizás falten más comparaciones, quizás piense de más, como me lo dijo una amiga en alguna ocasión, pero de lo que sí estoy segura es que si no alimentamos nuestro cuerpo de comida nutritiva, de buenos amigos, experiencias significativas, de vitaminas llenas de actitudes positivas, no podemos disfrutar de nuestro recorrido ni sentir la calidez de un buen abrazo, ni la brisa del viento en una tarde de sábado mientras se escucha la fricción de las llantas en el asfalto.