La formación de profesores de filosofía

Juan Manuel Ortega Partida
Yésica Cecilia Núñez Berber

 

El trabajo colegiado, un espacio para la reflexión y el desarrollo de proyectos
El trabajo de academia debe ser concebido como el espacio desde el que se diagnostiquen las necesidades de formación de los profesores. Las acciones que en esta materia se establezcan obedecerán a los sujetos que la integran, a sus necesidades e intereses. Que la autogestión de medios y esquemas de formación persistan en un esquema de trabajo por áreas de conocimiento, por saberes disciplinares, con uso y manejo de tecnologías de información y del aprendizaje, de la comprensión de la sustentabilidad y de la conquista de la felicidad del ser humano, por lo que se deberá resolver el paquete de cursos básicos de didáctica que los profesores deberán cubrir, estableciendo en todos y cada uno de ellos que los productos que se presenten busquen recuperar el objeto o campo disciplinar, en este caso, el de la filosofía; posteriormente, se trabajará en la especialización del ángulo de las competencias a desarrollar y evaluar, para después pasar a la recuperación y problematización de la práctica docente, donde se subraye el nivel de aprovechamiento que de la disciplina tienen los alumnos, y por último, el establecimiento de un paquete de cursos de diseño instruccional del objeto de estudio que el plan de estudios y programas de las unidades de aprendizaje exija a sus profesores.


Resulta indispensable que el profesor se cuestione acerca de lo que conoce y maneja del plan de estudio, de su diseño, de la función formativa, de las competencias que busca desarrollar, de la fundamentación psicodidáctica que orienta el proceso de aprendizaje, de la congruencia interna de cada una de sus áreas, bloques u orientaciones formativas, de los programas de curso de cada área, de su participación en su elaboración, de su adhesión e identificación con los contenidos, del manejo teórico de la propuesta bibliográfica, de la efectividad del sistema de programación e instrumentación didáctica y de las dificultades más sentidas por los alumnos en su trayectoria formativa.


Problematizar, cuestionar, reflexionar y proponer sobre la tarea del profesor consistirá en conocer los fundamentos desde los que conceptúa, teoriza y piensa la operatividad didáctica, lo que acontece en el salón de clase, creando empatía con el alumno como sujeto en formación, de la lógica interna de las disciplinas que conforman su unidad de aprendizaje, del reto que implica su apropiación o construcción inter y transdisciplinar, del reto que representa el trabajo autónomo y grupal, del proceso de gestión de la información y el manejo de tecnologías de la información y del aprendizaje, del empoderamiento conceptual e intercambio de puntos de vista entre los integrantes del grupo; en general, del proceso y producto del aprendizaje.


Pero también será cuestionar acerca de lo que es filosofía, de su necesidad, de su relación con la sociedad y su historia, de sus compromisos, de su origen histórico y psicológico, de lo que ha sido su objeto de estudio a lo largo de su historia, de su sistematicidad o asistematicidad, de su método, de su división interna, de su utilidad e inutilidad, de su relación con otros campos de conocimiento, de sus problemas como actividad teórica, de su unidad y diversidad, de su atemporalidad, de su relación con la ideología, con sus valores, de la socialización de la información, el aprendizaje de temas y contenidos de filosofía, de las técnicas pedagógicas, los recursos didácticos, de las actividades de lectura y escritura, del papel que desempeña el uso del video como instrumento educativo, de la calificación, acreditación y evaluación del aprendizaje y del currículum; en general, de la forma de documentación de su práctica docente, de la problematización y del porqué problematiza su desempeño.


La formación disciplinar, en primer lugar, atenderá en forma integral la tematización misma de los programas de estudio y, en segundo lugar, podrá atender formas más acabadas de reflexión filosófica no susceptibles de ser reducidas a los programas de la unidad de aprendizaje, esto es, atenderán las modalidades relativas al grupo masivo, al seminario-taller, al abordaje tutorial de las actividades y a la construcción de objetos de estudio y de conocimiento relativos a las áreas propias de la filosofía, esto es, a problemáticas relativas a la antropología, epistemología y ética, en forma más especializada, a las preocupaciones relativas a la estética, política, axiología, metodología de las ciencias, lógica, semántica, creatividad, etnología y filosofía de la historia, entre otros abordajes conceptuales.


Por lo que respecta a la formación pedagógica-didáctica del currículum, la sistematización de la enseñanza, la recuperación y problematización de la práctica docente y la evaluación educativa se sujetará a las necesidades e intereses institucionales; lo que se propone: seminarios sobre globalización y universidad, educación y currículum, modelo académico y gestión de competencias, investigación educativa y práctica docente, aprendizaje y abordaje disciplinar, inter y transdisciplinar, certificaciones y calidad educativa, entre otros.