Dios estaba vestido de sí mismo
En la vista de sí mismo:
el diario ensimismo
al estupor de lo mismo
urde excusas a lo mismo.
El trágico sueño es el mismo
desvarío del nunca mismo
devenir, refina el deseo mismo.
En cuerpo el espíritu es el mismo
arrebato de placer que el mismo,
Dios arruina en sí mismo
ni siquiera se salva él mismo.