Embelecos del destino hoy tu recuerdo trajo.
Te creía olvidada, ida, ausente, lejos.
De nuevo tu perfume mi alma conquistó.
Ese, tan tuyo… de infinita y jamás prodigada entrega.
¡Seductor efluvio que irradias, tal vez sin darte cuenta!
Evoqué este día… ¡Bendita fecha esta!
Chispeantes atardeceres de julio
cuando, sin compromiso alguno,
¡qué bien que la pasamos!
¡Momentos, como aquellos, ninguno!
Tal vez este lánguido susurro
que emana de mi añoranza añeja
llegue hasta ti cual brisa errabunda
Y te robe un beso…
¡De esos besos prohibidos! ¡De esos con sabor a amigo!
De esos besos transparentes, y nunca dados.
De esos que quedan labrados
con pasión indeleble
en las tibias rinconeras del olvido.
¡En las meras intenciones que tuve de hacerte mía!
Entonces, tal vez, quizá,
me extrañes, como yo a ti,
o te haga falta, como tú a mí.
¡Insoportable ausencia en los años idos!
¡Irreversible presencia de intenciones fallidas!
Tal vez este lánguido susurro, yerto, frío,
que emana del recuerdo ido
y las pasiones rotas, que nunca fueron,
alcance tu regazo, devore tu boca…
¡Te robe un beso… de esos besos que nunca fueron!