La inspiración me viene de la nostalgia visual que genera cierta imagen, combinada con algo de imaginación, algo que me provoca euforia y que quiero explotar, al igual que ocurre cuando, por impulso e intuición, sientes el ritmo de una canción, o cuando se te ocurre un poema y quieres escribirlo en ese preciso momento, porque sabes las palabras se borrarán.
Nací en Guadalajara, Jalisco, en 1990. De niño disfrutaba mucho pintar y dibujar, lo que al poco tiempo se convirtió en mi mejor pasatiempo. Sólo dibujaba objetos y situaciones que consideraba entretenidas y alocadas. Por mucho tiempo todo esto se filtró a través de mi cerebro y el resultado final es lo que ven: sólo soy un espectador que retrata y documenta aquello que los sentidos perciben en el momento e intenta dar tal información.
Mi primer estímulo como artista vino de mi abuela, a quien le mostré un dibujo hecho a lápiz de la Virgen de Guadalupe (no muy bueno, por cierto): ver la emoción reflejada en su rostro fue la marca de mi inspiración: Dang es la marca que deja una combinación de mi nombre paterno y mi apellido materno como signo de procedencia, que me recuerda quién soy y de dónde vengo. Dang, maldición, como forma de expresión en inglés, expresa mi obra por medio de diferentes técnicas: óleo, acrílico, acuarela, aerografía, aerosol y pastel para plasmar no sólo un rostro o un paisaje, sino una emoción, un sentimiento, un recuerdo una historia, una expresión para, con el paso del tiempo, obtener el estilo propio al cual procuro ser fiel y seguir esa pasión por lo que me gusta, divertirme al plasmar ideas y creencias, las cuales guían lo que hago y con lo que aspiro a que la gente disfrute de mi trabajo.
