Soy biólogo de profesión. Parte de mi vida la pasé en el mar, y cada día contemplaba bellos paisajes y fenómenos naturales que siempre plasmé con mi cámara; creía que la belleza de la fotografía estaba sólo en la naturaleza. Un día el destino me llevó a esta bella ciudad colonial de la cual me enamoré, de sus calles y casas coloniales, así como de las grandes historias y momentos que se vivieron en el transcurso de muchísimos años. Por eso Guanajuato es una ciudad a la cual regreso y visito todos los años, es un lugar para volverse a enamorar.