Hoy lo informal e ilegal es lo que rifa día a día en la vida, tanto para un ser citadino cotidiano común y corriente como para un world citizen. Lo formal se traslada a un segundo o tercer plano en su diario acontecer y quehacer; en la vida de las esferas sociales formal e ilegal el devenir impera sobre el porvenir, la historia queda (su)plantada por historietas tipo History Channel, Discovery Channel & National Geographic y la visión teleológica sustituida por soberbios sobrecitos Splenda, éxtasis de éxitos (in)mediáticos, el futuro es day by day, es más un somnus incierto que un avidus o un desidium aspiracional y lo mediato (antes-después, pasado-presente, abuelo-nieto) e incluso lo inmediato (ahora-ahorita, presente-hoy, padre-hijo) se deforman en pervivencias amorfas evaporizadas en nubes cibernéticas, selfies, memes, showroom the snapshop.
Este ambiente y entorno sociocultural provoca en la psique de los “escuincles” y “morros” de la clase media y de la clase alta en decadencia apodados generación X, Y y los millennials1 un statu quo emocional bipolar-fluctuante que defino, por una parte, de “melancolía posmoderna”, en la que se añora la vida satisfactoria de su infancia, el ser libre y en libertad arquitecto de su provenir communitas, y por otra de “masturbación neuronal”, en el que piensan que se es un ser “libero, liberado y libertario” albañil de su propio y particular destino sin ataduras, sin patronus sin patronatus; pero la neta caponeta no es más que un baturro libertinus, liberti y en libertinaje, es decir, un esclavo libre libertino, chalán de su pervivir en el presente.
Bajo esta perspectiva estos mozalbetes,2 la mayoría potencialmente rucos sin bienes ni beneficios, interactúan con acciones y prácticas socioeconómicas y culturales que reconfiguran un arquetipo de empleador, trabajo y de trabajador “posmoderno neofeudaliberal”. Este modelo relacional emergente entre empleadores-trabajo-trabajadores se reconfigura en un sistema de operare libertini, es decir, un conjunto de esclavos libres des-asalariados: los entrepreneurship y networking y los freelancer y crowdsourcing respectivamente, además se forma y educa (en algunas universidades privadas y públicas) un tipo de empleado formal, el “burgués asalariado”, la nueva fuerza de trabajo compleja incorporada; por otra parte, se moldean dos prototipos de ciudadano, el “glocal” con compromiso socio-ambiental que lleva el mote de innovador social, agente de cambio y lo que yo denomino el “activista muy very fashion”.
A nivel mundial se proyecta que para el 2020 el 40% de la fuerza laboral global serán freelancers, trabajadores temporales, consultores independientes y sólo preneurs.3 Actualmente en México hay diez millones y medio (21%) de personas de la población económicamente activa (PEA) que son freelancers (INEGI, 2016).
Así también se crea una especie de topus uranus posmoderno en el campo económico que los CEO y coach4 bautizan como empresas de inversión de impacto con diferentes efectos milagrosos y aires de cambio social desde la perspectiva clásica clerical medieval de la avaricia con cara caridad, esperanza y fe, pero ahora con un ensamble “laico-jesuítico” hacer “social well for money equals more plusvalue” o como dice mi compa Eutanacho: “¡Vaya que mantener la pobreza sí quees buen negocio compaaa, sacas muuuncha lana y quedas bien chido ante la ‘sociedá’ y ante diosito como una persona o empresa pura y santa que ayuda al pobre y cuida el medioambiente, ahhh, y muy inteligente porque inventas cosas requetebuenas, aunque sea pura pantalla nomaaáss, ¿o no, compa?!” Pues bien, hoy los santos patronos y capillas se les conoce como el Emprendedor Social, el Inversor Ángel, el Mecenas, la Filantropía de Riesgo, los Startup, la Aceleradora, la Incubadora Empresarial, Negocio Inclusivo, la Responsabilidad Social Empresarial (RSE o RSC), entre otros.
Para el 80% de la PEA global y local este es el modus vivendi, pervivir (en) el presente, sobrevive entre la esfera de lo informal y la esfera de lo ilegal, y para un 20% supervive en la esfera formal, esto se refleja muy claro en los campos social y económico de nuestra sociedad(es) posmodernizada(s) cada día carente(s) de certidumbre y futuro.
Pareciera, desde un enfoque dialéctico, que lo ilegal y lo informal ahora es lo legal y lo legal fuese un acto y una práctica o muy retro pasado de moda, in-out, sólo para “Godínez o Gutierritos” o bien, que está súper dificilísimo de acceder, o como dice mi sobrino naco-geek “accesar”, que es sólo para las élites o muy influyentes; por ello hoy se incentiva en campus party creerse ser un self-employed.
1 Los nacidos en los 70, 80 y a finales de los 90 hasta la fecha con videojuego o computadora enredadas al cordón umbilical, o sea los hijos, nietos y bisnietos de la generación baby boomers (los nacidos de la década de los 40 hasta finales de los 60).
2 Que oscilan entre un año y 46 años de edad.
3 Según hizo mención Mariana Alba, fundadora de Homework, con base en un estudio denominado “Coworking by the Numbers” en una entrevista de Juan García Heredia en El Sol de México el 10 de junio de 2016.
4 Los new sa-cerdo-tes de los nuevos monopolios posmodernos Ashoka, Aspen Network of Development Entrepreneurs (ANDE), Factual y Promotora Social México.