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Consideraciones sobre los estudios de filosofía en el BGC

Juan Manuel Ortega Partida | Yésica Cecilia Núñez Berber

El hombre, incapaz de vislumbrar el fin de su “existencia
provisional”, tampoco puede orientarse hacia
un objetivo o una meta vital
Víctor Frankl

Resumen

El presente escrito busca reconocer la penuria y el fortalecimiento del área de formación considerada de filosofía, vigente a partir de agosto de 2008, en el Bachillerato General por Competencias (BGC) del Sistema de Educación Media Superior de la Universidad de Guadalajara.

La sobrevivencia de las disciplinas filosóficas es la constante en los estudios de bachillerato. No es casual que la filosofía tenga tantos depredadores. Los embates han sido constantes, así como sus gloriosas manifestaciones de pertinencia y pasajera actualidad; lo que es un hecho es que la filosofía se ha mantenido como un campo que libera de todos estos extremos, sobreviviente de su propia inutilidad.

La filosofía, como arma para la revolución y la construcción de un mundo mejor, da lugar a un campo en reflexión semántica y debate de cosmovisiones a partir de la retórica de la disertación de razones y lógicas argumentativas sobre la filosofía misma; el razonamiento crítico, el debate de la identidad, de la filosofía de la filosofía, la filosofía de vida, la construcción de ciudadanía y la reflexión ética en el entorno de las problemáticas de la globalización a partir de dilemas morales.

Palabras clave: filosofía, identidad, ética, bachillerato, competencias.


La filosofía en el BGC

En afinidad al acuerdo secretarial 442, del 26 de septiembre de 2008, a partir del cual se crea el Sistema Nacional de Bachillerato (SNB) en el marco de la diversidad, en el Sistema de Educación Media Superior de la Universidad de Guadalajara se asume que las disciplinas filosóficas como eran conocidas a modo de curso de lógica, epistemología, ética y estética, pasarían a ser transversales, esto es, reconocidas a partir de las competencias disciplinares dictadas más tarde en el acuerdo secretarial 656 de fecha 7 de noviembre de 2012, pero con la connotación de competencias en el área de las humanidades y las ciencias sociales.

En el acuerdo 444 de septiembre de 2008, la Secretaría de Educación Pública establece que son competencias transversales del nivel medio superior las denominadas competencias formativas a considerar bajo términos inspiradores: “Piensa crítica y reflexivamente” y “participa con responsabilidad en la sociedad”. El acuerdo establece, entre otras competencias del perfil de egreso de un estudiante de bachillerato, las siguientes: “Desarrollo de innovaciones y propone soluciones partir de métodos establecidos”, “sustenta una postura personal sobre temas de interés y relevancia general, considerando otros puntos de vista de manera crítica y reflexiva”, así como “participa con una conciencia cívica y ética en la vida de su comunidad, región, México y el mundo”, entre otras.

En esta visión, se presume que las unidades de aprendizaje de naturaleza filosófica son “Identidad y filosofía de vida”, que se imparte en quinto semestre, y “Reflexión ética”, en sexto semestre, para ser incluido más tarde el curso-taller de “Comprensión de la ciencia”, que se imparte en el primer semestre las primeras siete semanas del ciclo. Para el caso del desarrollo de competencias se presume que corresponden al área de filosofía las competencias disciplinares establecidas en los términos siguientes: “Evalúa argumentos mediante criterios en los que interrelacione consideraciones semánticas y pragmáticas con principios de lógica”, “propone soluciones a problemas del entorno social y natural mediante procesos argumentativos, de diálogo, deliberación y consenso”, “realiza procesos de obtención, procesamiento, comunicación y uso de información fundamentados en la reflexión ética”, “comparte expresiones artísticas para reconstruir su identidad en un contexto de diversidad cultural”, “valora la influencia de los medios de comunicación en los sujetos, la sociedad y la cultura”. Desde este enfoque se asegura que la filosofía, como disciplina que enseña a pensar, forma parte de la formación del joven estudiante de bachillerato.


Filosofía e identidad desde el enfoque por competencias

En el BGC en general se le atribuye al conjunto de las disciplinas filosóficas el carácter de humanísticas orientadas para que el estudiante reconozca su modo de ser y de pensar, que le permita analizar sus formas de sentir, pensar y actuar, con el propósito de conducirse en forma respetuosa ante situaciones personales y sociales, responsables y justas. Para los efectos del presente estudio se presenta como referencia el análisis de los contenidos únicamente de la unidad de aprendizaje “Identidad y filosofía de vida”.

En este sentido vale la pena preguntarse y responder: ¿Para qué filosofía?, por lo que es deseable que en los estudios de bachillerato se presente una unidad de aprendizaje que acerque al joven estudiante al debate respecto de tres preguntas fundamentales: ¿De dónde venimos?, ¿qué somos? y ¿a dónde queremos ir? El curso-taller “Identidad y filosofía de vida” que se imparte en quinto semestre en el BGC al parecer llena este vacío, pues se reconoce a la filosofía como una actividad intelectual donde la especulación es el motor del pensamiento y la generación de propuestas que orientan o dan sentido de vivir a los seres humanos a lo largo de la historia de la producción cultural del hombre.

En los contenidos formativos de dicho curso-taller, el ser del mexicano parece estar en la mesa del debate. El hecho de formular estas tres interrogantes no supone cerrar la discusión sino, por el contrario, abrir y centrarla en la relación entre identidad y filosofía. La idea del taller no es encontrar respuestas sobre el porqué de la actividad filosófica, el hombre y la construcción de la identidad, la idea orientadora no es construir definiciones esencialistas, dogmáticas, fijas e inmutables de estas construcciones temáticas, sino construir un referente, un afán de comprensión para guiar la reflexión y acción para un futuro inmediato.

La filosofía de vida implica recuperar un modo de ser, una idea de relacionarse con un sentido o razón de existir, una forma de apropiarse de un legado histórico y cultural, de dar continuidad a un proyecto social e individual de nación, de realización y compromiso, adoptar ideas que sirvan a ese propósito sería la utilidad de asumir una filosofía para la vida.

La relación de la filosofía con el sentido de vivir es inminente, por lo tanto formular preguntas relacionadas con el pasado, presente y futuro, son básicas. El planteamiento es de reflexión del proyecto de vida, pero también del entorno social en que transcurre la vida y las realidades económicas y políticas que la hacen posible, tales como la democracia, la solidaridad, la seguridad, el amor, la justicia y la felicidad, entre otras condiciones de existencia entre los seres humanos.

Se trata, hasta cierto punto, de un reencuentro con la filosofía que da identidad al mexicano, con la reflexión del papel de las ideas en las orientaciones de sentido de las generaciones de mexicanos que nos han precedido; hacer filosofía de la filosofía es hacer del papel ideológico de las ideas una categoría de análisis, en virtud de que las ideas son una constante de la actividad del hombre en una determinada circunstancia y con un sentido de pertenencia y finalidad. En otras palabras, la identidad a construir es histórica y, por lo tanto, toda filosofía es un producto del hombre y como tal realizable en un contexto social y delimitada históricamente. La filosofía de la identidad y el sentido de vida se encuentran ligadas a la acción, a la necesaria realización.

Los escenarios de aprendizaje representan diferentes imágenes de futuro. Construir estas imágenes de realidad de futuro nos ayuda a comprender cómo las decisiones y las acciones que hoy tomamos pueden influir en nuestro presente inmediato o futuro que se intenta configurar como ideal de vida. La filosofía como autoayuda y forjadora de sentido requiere de sujetos con visión de futuro, donde proyectar escenarios de vida implica reconocer la prospectiva como ciudadanización para el conocimiento y la acción.


Razones y ficciones en la formación de competencias de la identidad de vida

Es contundente: la filosofía en los estudios de bachillerato se justifica por sí misma, estaría relacionada con una fuerte demanda social de actividades dirigidas a dar sentido a la existencia humana. Por otra parte, permitiría el razonamiento crítico y reflexivo, así como la capacidad de integración social con responsabilidad y compromiso, favoreciendo al joven estudiante a la incorporación de lo colectivo, de lo general, e incluso de lo universal, en sus acciones y pensamientos. Al incorporar el razonamiento reflexivo en el desarrollo intelectual, evitará incluso el uso de la violencia como medio para solucionar conflictos.

Las fantasías y las ficciones encuentran su lugar en el discurso filosófico. En la filosofía encontramos la constante del alojamiento en su actividad de ideas relacionados con la vida como vocación de servicio, la identidad como pertenencia y realización de futuros, de la virtud como justo medio, de cavernas y carruajes tirados por caballos blancos y negros, de la unidad de los indivisibles, de la utilidad como condición de ser de lo existente.

Los estudiantes a partir de los 17 años (quinto semestre de bachillerato) están en posibilidad de filosofar. Es un hecho contundente frente a una práctica innovadora donde el alumno hace y genera aprendizajes, donde el docente es un cuestionador de los saberes existentes, que enseña filosofía filosofando, donde las prácticas son superadas, donde se mantiene que no es iluminado e iluminador a partir de datos, un erudito expositor de ideas de filosofías y sistemas de pensamiento, que estimula el manejo de la información a efecto de establecer un desarrollo de aprendizajes.

En las escuelas de calidad, como se presumen en el nivel medio superior de la Universidad de Guadalajara, sobra decirlo, inscritas en el Sistema Nacional de Bachillerato, donde la innovación y la renovación de la enseñanza se anclan en el aprendizaje, se afirma con orgullo que la funcionalidad y éxito del sistema educativo y la edad de los jóvenes estudiantes es fundamental para la enseñanza-aprendizaje de filosofía, en virtud de que a partir de la filosofía se comprueba el trabajo realizado con los estudiantes respecto de:

  • Un dominio lingüístico (Chomsky, 2000), teórico y práctico de la lengua oral, base del ensanchamiento de la información (Marzano, 2005), base para la generación de saberes a partir de sus conflictos sociocognitivos.
  • Una relación cooperativa con la supremacía de la coordinación de valores (Piaget, 1973), a partir de los cuales el hombre ha luchado a lo largo de la humanidad, donde impera el reconocimiento de los otros a partir de reglas de negociación, necesarias para el desarrollo de un debate democrático y con ello la adhesión a una ética de racionalidad instrumental comunicativa (Habermas, 1990), que implica educar a través de regulaciones procesuales y de procedimientos, en reconocimiento a los derechos humanos, la urbanidad y la ciudadanía.
  • El diseño de cursos enriquecidos a partir del uso de tecnologías (Barbero, 2002) para la construcción de saberes. Donde la primacía de la pregunta, el uso crítico de la teoría (Zemelnan, SFE) a partir de habitus escolares para obtener respuestas (Bourdieu, 2009) que proporcionan sentido a los aprendizajes, dado que el conocimiento se presenta como búsqueda (Kilpatrick, 1918) de soluciones a los problemas que ellos se plantean.
  • Una comprensión no dogmática con el saber, como flexibilidad, sin absolutos, como fruto de procesos de socialización, como ruptura (Kuhn), confrontación y debate que ha de ponerse a prueba en una comunidad científica, en consecuencia, evolutivo.
  • Un desplazamiento constructivista, un modelador de sueños, el docente ignorante (Sócrates) un sujeto que socava lo que conoce (Nietzsche) más que un sujeto que supuestamente conoce, que comparte su poder y su discurso (Savater, 2004) pero que garantiza exigencias reflexivas y éticas.
  • De exigencias intelectuales, problematización de pseudocertezas, de contextualización de nociones, de argumentación racional de tesis (Villoro, 1982) que aseguran el contenido filosófico del intercambio (Beuchot, 2003) de la demagogia, de la doxología y de la sofística.

De acuerdo con lo anterior, el trabajo a realizar en la unidad de aprendizaje “Identidad y filosofía de vida”, en la denominación de curso-taller, es intenso, en el contexto de las escuelas como proyecto de modernización y posmodernización invita a trastocar el concepto hegemónico de cultura como mercancía, a recuperar el concepto e historicidad de democracia y la participación en los asuntos de la vida política de los ciudadanos como proyecto de vida, donde la idea de identidad es flexible, modelante y responde a un modelo económico.

El trabajo a realizar es en el taller, donde el trabajo grupal no consiste en hacer de los alumnos simples repetidores de tesis o argumentaciones genialmente expuestas, sino el de elaborar preguntas y formular respuestas a modo de orientaciones para la vida como responsabilidad socialmente comprometida, dictados en las ideas inspiradoras del nivel medio superior; la vida sana, la no violencia, la libertad, el pensamiento globalocal, el razonamiento crítico, la responsabilidad ambiental y la defensa y conservación de la multiculturalidad.

La formación filosófica como actividad reflexiva de la moral implica conocimiento, crítica y proyecto para la buena vida entre los seres humanos; definir rumbo, establecer un ideal social de relaciones humanas fraternas, ciudadanas y racionales, implican la identidad como mirada histórica de futuro. La identidad da expresión a la nueva y posmoderna modernidad y establece su racionalidad, la fragilidad y la incertidumbre, la lectura del momento histórico y de la conformación del proyecto y destino del hombre, permite a los sujetos desde un humanismo liberador afrontar la idea de vida como compromiso y realización.


Conclusiones

La filosofía sobrevive descarnada en el BGC vigente en la Universidad de Guadalajara a partir de agosto de 2008, no como disciplina tradicional sino como enfoque formativo transversal diluido en el eje departamental de Humanidades y Sociedad. El eje formativo en el campo de la filosofía lo constituyen tres cursos: “Comprensión de la ciencia”, “Identidad y filosofía de vida” y “Reflexión ética”.

El acuerdo secretarial 656, del 2012, como parte del marco del Sistema Nacional de Bachillerato, no representó cambio alguno en la propuesta formativa del Bachillerato General en la Universidad de Guadalajara, pero es a partir de usos y prácticas docentes que se avanza en un reencuentro y reconocimiento de la filosofía a partir del curso-taller de “Comprensión de la ciencia” que se imparte en primer semestre bajo la discusión epistemológica de la construcción metodológica de la(s) ciencia(s). Con el cursos-taller de “Identidad y filosofía de vida” que se imparte en quinto semestre, como reflexión de la actividad filosófica y asegura las bases para un acercamiento como antropología y conformación de la identidad del mexicano. Por último, con “Reflexión ética” que se imparte en sexto semestre, como debate de ideas en el campo del comportamiento moral, como reflexión, no como prescripción, de una ética aplicada que atiende las problemáticas de la sociedad posmoderna de las primeras décadas del siglo XXI.

En atención a los contenidos del curso-taller “Identidad y filosofía de vida” el análisis y la comprensión de la conformación de la identidad del hombre permite un acercamiento a la reflexión y el compromiso ético del ser del mexicano, no como ideal que consiste en desear el bien e invocar buenos deseos, sino como un asunto práctico, como proyecto de vida deseable y viable de humanización.

La posmodernidad como contexto de vida nos sitúa, en los últimos 50 años, en el reconocimiento de la incertidumbre como constante de la identidad y sentido de vida, donde se acrecienta la esperanza por la construcción, búsqueda y diseños de futuros esperanzadores en el marco de la globalización.


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