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Una oración americana por El Rey Lagarto

Jim Morrison, poeta

Julio Alberto Valtierra (juliovaltierra@hotmail.com)

Tercera parte, de cinco

En las dos entregas anteriores de www.agora127.com hemos visto que un acercamiento a Jim Morrison como artista implica hacer un deslinde de sus tres grandes facetas: la del letrista-cantante de rock, la del cineasta y la del poeta, aunque las tres constantemente se retroalimenten y se reflejen unas a otras como en un juego de espejos; también nos hemos acercado a su trabajo como poeta, pues hemos hablado de la génesis de su obra, sus influencias, sus primeros poemas, cómo nació en él la fascinación por la muerte, etc.

En esta ocasión veremos cuáles fueron sus primeros libros publicados, los temas recurrentes en ellos y la relación de algunos de estos poemas con algunas de sus canciones, entre otras cosas.

La poesía de Jim Morrison: primeros libros publicados

En 1969 Jim Morrison ya aborrecía la frívola etiqueta de sex-symbol-rock-star que los medios de comunicación le habían colgado.

Ese mismo año, tras repudiar su faceta como cantante, y motivado por su amigo el escritor Michael McClure,1 Jim puso todos sus esfuerzos en la publicación de sus obras literarias The Lords: Notes on Vision (Los Señores: notas sobre la visión), y The New Creatures (Las nuevas criaturas), que contenían una serie de textos que había escrito en los últimos años, y que fueron puestas en circulación como obras independientes en 1969 a través de la editorial Western Lithographies, en ediciones de autor limitadas a cien ejemplares cada una, y que un año después serían publicadas conjuntamente en un solo volumen por la editorial Simon & Schuster en un tiraje más amplio.

The Lords: Notes on Vision

Durante sus días como estudiante en la escuela de cine de la UCLA, Morrison estuvo llenando cuadernos con sus notas, aforismos y poemas, los cuales se convertirían en la base de su primera obra publicada, titulada The Lords: Notes on Vision (Los Señores: notas sobre la visión), en abril de 1969, compuesta en su mayor parte por notas inspiradas en el cine durante sus días como estudiante, de ahí el subtítulo.

Como en realidad el origen del libro fue un ensayo sobre cine, más tarde Morrison describiría este trabajo como “una tesis sobre la estética de las películas”. Pero las ideas expresadas en este volumen van mucho más allá del alcance de las películas por sí solas; son un comentario sobre el tejido mismo de la estructura social y las relaciones interpersonales.

La visión de Jim es la de una sociedad de ovejas, condicionada por el miedo, y controlada por los “Señores” o los “Amos”, es una dinámica que se ve aún más claramente en las relaciones de la sociedad de hoy de lo que era en su época. Entre los Señores y las ovejas están las personas, los que están poseídos por una convicción personal más fuerte que su miedo, los que actúan con la seguridad de vivir en la integridad de su propio ser, sin importar el precio. Esto realmente describe la forma en que vivió Jim Morrison y el precio que tuvo que pagar por ser fiel a sus convicciones, por ser fiel a sus propios demonios, como reza el epitafio sobre su tumba.

The Lords: Notes on Vision es un elemento importante del legado poético de Morrison, en él subyacen las causas de su rebeldía y de sus protestas contra el Establishment, que sabía exactamente de lo que Jim estaba hablando cuando gritó: “Son todos un montón de putos esclavos” en el tristemente célebre concierto de Miami.

“Los Señores. Únicamente vivimos nuestras vidas. Sólo podemos intentar esclavizar a otros. Sin embargo, poco a poco, se desarrollan percepciones especiales. La imagen de los Señores comienza a formarse en algunas mentes. Deberíamos reclutarlas en bandas de perceptores para que vaguen por el laberinto durante sus apariciones nocturnas y misteriosas. Los Señores tienen entradas secretas, y saben disfrazarse. Pero se delatan con detalles menores. Demasiado brillo en el ojo. Un gesto equivocado. Una mirada demasiado larga y curiosa.

“Los Señores nos apaciguan con imágenes. Nos regalan libros, conciertos, galerías, espectáculos, cines. Especialmente cines. Con el arte nos confunden y ciegan de nuestra esclavitud. El arte decora las paredes de nuestra prisión, nos mantiene silenciosos y distraídos e indiferentes”.2

Posteriormente, Jim habría de volver a mencionar este temor hacia los Señores en su poemario The New Creatures:

Teme a los Señores, son un enigma entre nosotros.
Los Señores anidan en nuestro interior.
Nacidos de la pereza y la cobardía.3

The Lords: Notes on Vision reúne exuberantes textos en los cuales Jim, más que utilizar la poesía como medio de expresión, liberaba dogmáticamente sus visiones sobre el sexo, la muerte, la ciudad, el cine, de ahí el subtítulo, y la relación espectáculo-espectadores, quedando reflejados los amplios conocimientos y el fértil discernimiento de El Rey Lagarto al citar personajes como Robert Baker, uno de los primeros cineastas, Edward Muybridge, fotógrafo del siglo XIX, Etienne Robertson, creador del espectáculo Fantasmagoría, y acontecimientos de la antigua Rusia, Oriente y de la Roma clásica.

Cuando muere la tragedia se convierte en Juego.
Cuando muere el sexo se convierte en Clímax.4
*
En todos los juegos subyace la idea de la muerte.5
*
Los espectadores de cine son mansos vampiros callados.6
*
Robert Baker, artista de Edimburgo, mientras estaba en la cárcel por
sus deudas, fue asaltado por el efecto de la luz, que se filtraba por
los barrotes de la celda, sobre la carta que leía, y por esta percepción
fue que creó su Panorama, un paisaje cóncavo
y transparente de su ciudad.7
*
Muybridge consiguió sus animales salvajes en el Zoológico
de Filadelfia y, a sus actores machos, en la Universidad.
Las mujeres (modelos profesionales, bailarinas y actrices)
desfilan desnudas frente a sus 48 cámaras de cine.8
*
El Zar de la antigua Rusia —sin signo
de maldad en su alma: ni en la de su
consejero—, cada año concedía una
semana de libertad para algún encarcelado.
Los presos escogían al que saldría;
a veces votaban, otras lo echaban a la suerte, a menudo
usaban la fuerza. Procuraban escoger a un hombre mágico,
viril, experimentado, o a un buen conversador,
o al menos a un héroe. Una situación imposible el
momento de la libertad, una elección imposible,
definir nuestro mundo a fuerza de golpes.9
*
La ceguera se cura con un escupitajo de puta.
En Roma, las prostitutas se exhibían en los techos
a lo largo de las principales avenidas para la dudosa higiene
de las mareas sueltas de hombres,
cuya lujuria latente ponía en peligro el frágil orden del poder.
Incluso se sabe de damas patricias que, enmascaradas y desnudas,
se ofrecían a estos ojos necesitados para su propia excitación.10

En cuanto a Estados Unidos, Jim menciona, en una inflexión de desafío patriótico, a Harry Lee Oswald, el asesino del presidente John F. Kennedy:

Círculos modernos del infierno: Oswald asesina al presidente.
Oswald sube a un taxi. Oswald se detiene en una pensión.
Oswald baja del taxi. Oswald mata al agente Tippitt.
Oswald se quita la chaqueta. Oswald es capturado.
Escapó en un cine.11

Posteriormente, en su poema “Celebration of the Lizard” (La celebración del lagarto), Jim volvería a hacer referencia al asesinato del presidente Kennedy:

El cadáver del presidente en el coche del chofer
El motor funciona con cola y alquitrán
Venga, no vamos muy lejos
Al Este para conocer al Zar
Huye conmigo
Huye conmigo
Huye conmigo
Huyamos.12

En The Lords… Jim sorprendía, además, por su postura respecto a la temática del sexo, al tratar en su poesía el tema del voyeurismo:13

El voyeur, el Peeping Tom, es un oscuro comediante.
Es repulsivo en su oscuro anonimato,
en su secreta invasión. Está lastimosamente solo.
Pero, curiosamente, es capaz a través de este mismo silencio
y ocultamiento para convertir en ignorante pareja
a cualquiera que esté al alcance de su vista.
Ésta es su amenaza y poder.14
*
El voyeur en un masturbador, el espejo su insignia, la ventana su presa.15
*
Quien más, quien menos, todos encajamos en la psicología del voyeur.
No en un sentido estrictamente clínico o delictivo, sino en lo que afecta
a nuestra actitud física y emocional ante el mundo.
Cada vez que intentamos romper este hechizo de pasividad,
nuestras acciones son crueles y retorcidas y, generalmente, obscenas;
somos como un inválido que ha olvidado cómo se camina.16

Más tarde, en la canción “The Spy” (El espía), del disco Morrison Hotel (publicado en febrero de 1970), Jim volvería a abordar el tema del voyeur, aunque de una manera más refinada y menos evidente:

Soy el espía en la casa del amor.
Yo sé el sueño con el que sueñas,
yo sé la palabra que esperas oír,
yo sé tu más profundo y secreto miedo.

Yo sé todo.
Todo lo que haces,
a todas las partes a las que vas
a todos los que conoces.

Sobre sus citas acerca del cine y los espectadores, en ellas Morrison recriminaba el papel pasivo del público, al que atacaba con frases como: “Los espectadores de cine son mansos vampiros callados” o “el espectador es un animal que agoniza”.

En el caso del cine, se sumergía en tintes doctrinales e incluso oscuros, al escribir que “el encanto del cine está en el miedo a la muerte”, o:

Las películas son colecciones de fotos muertas
a las que se les da inseminación artificial.17
*
El cine nos regresa el alma, la religión de la materia, que da a cada objeto su
Divinidad especial y ve dioses en todas las cosas y seres.

El cine, heredero de la alquimia, es la última ciencia erótica.18
*
La cámara, como el ojo de Dios, satisface nuestro anhelo de omnipresencia.
Espiar a otros desde lo alto y desde un ángulo diferente:
los peatones entran y salen de nuestra lente como extraños insectos de agua.19

Originalmente, Los Señores: notas sobre la visión se publicó en un formato tipo carpeta que contenía 82 páginas sin encuadernar y sin numerar, por lo que se podían reorganizar en cualquier orden por el lector. Fue una edición privada de tan solo 100 ejemplares, pagada por Morrison, los cuales el propio Jim entregó a sus amigos.

Como ya mencioné, en 1969 Morrison se hartó de la frívola etiqueta de sex-symbol que los medios y el público le habían colgado y, para poder apartarse de esta imagen, comenzó a descuidar su aspecto y a ganar peso. Presionado por la popularidad de su imagen distorsionada por los medios de comunicación y por el público, Morrison, víctima de sí mismo, se puso voluntariamente a merced de quienes lo veían como una amenaza. La posibilidad de liderazgo que le ofrecía el escenario se convertiría, lamentablemente, en un aquelarre en donde él mismo se ofrecía como sacrificado.

En la etapa final de su faceta como cantante, Morrison se apoyó en la figura de los chamanes, o brujos de las tribus norteamericanas, quienes mediante el uso de ciertas sustancias alucinógenas, especialmente el peyote, entraban en un estado de trance con el fin de pasar a ser los intercomunicadores entre el mundo real y el de los espíritus. En The Lords: Notes on Vision, Jim escribió:

“El chamán dirigía la sesión. Un pánico sensual, intencionalmente evocado por las drogas, cánticos, bailes, lanza al chamán hasta el trance. La voz cambiada, movimiento convulsivo. Actúa como un loco. Estos profesionales histéricos, escogidos precisamente por su inclinación psicopática, fueron apreciados en otro tiempo. Mediaban entre el hombre y el mundo del espíritu. Sus viajes mentales establecían el punto crucial de la vida religiosa de la tribu”.20

Curiosamente, en este fragmento aparece una de las escasas referencias de Morrison a las drogas, y como puede verse, no está haciendo una apología de ellas, sino que la menciona en el contexto de un ritual chamánico.

Debo confesar que haber encontrado pocas referencias a las drogas en la poesía de Morrison fue una sorpresa para mí, pues cuando comencé a estudiar su trabajo como poeta, quizá predispuesto por su fama de borracho y drogadicto, esperaba encontrar múltiples menciones a éstas. Pero no es así, Morrison pocas veces menciona las drogas, y cuando lo hace no promueve ni celebra su uso, más bien las inserta como parte de un ritual o en un contexto de devastación.

Las drogas son una apuesta c/tu mente.21

The New Creatures

El segundo libro publicado por Morrison fue una breve colección de poemas con el título The New Creatures (Las nuevas criaturas), el cual apareció, también como una edición de autor de 100 ejemplares, en octubre de 1969, y cuyas copias fueron distribuidas por el propio Jim Morrison.

Morrison dedicó este poemario a su “compañera cósmica” Pamela Courson, que fue la musa que inspiró “Love Street” (La calle del amor), “Queen of the Highway” (La reina de la carretera), “Blue Sunday” (Domingo triste), “The Spy” (El espía), “Twentieth Century Fox” (Zorra del siglo XX)… y un sinfín de canciones y poemas más; fue la mujer que doblegó al Rey Lagarto, fue la reina que lo acompañó hasta el último de sus días, fue su inspiración y su perdición; y, por supuesto, algunos poemas de The New Creatures hacen referencia ella:

VII
Mujer lagarto
c/ tus ojos de insecto
c/ tu salvaje sorpresa.
Cálida hija del silencio.
Veneno.
Vuelve tu espalda c/ un deslizamiento de quejumbrosa sabiduría.
Tras los muros de los imperturbables ojos ciegos nacen historias nuevas
y despierta gruñendo y gimiendo el alba extraña de los sueños.
Perros dormitan echados.
El lobo aúlla.
Una criatura sobrevive a la guerra.
Un bosque.
Un susurro de palabras entrecortadas, ahogándose en el río.22

El libro contiene 42 poemas, en los cuales Morrison adopta un papel chamánico, a partir de un trasfondo ecléctico de mitos y de pensamientos místicos en el cual salen a relucir especialmente las tradiciones indígenas norteamericanas; a través de la relación bosque-insectos Morrison juega en la línea de tensión que existe en la relación del hombre con la naturaleza y lo traspasa a la interacción con sus semejantes y con la realidad desquiciada en que los seres humanos viven. Por lo menos, esa es la impresión con la que uno se queda después de leer el poemario atentamente.

I
Chaqueta de piel de serpiente
Ojos indios
Pelo brillante
Él se mueve perturbado
Insecto del Nilo
Aire
III
Hierba amarga en pastos enfermos
La tristeza animal y la meridiana
Flagelación
Las cortinas de hierro fisgonas abiertas
El sol elaborado implica
polvo, cuchillos, voces.
Salga del yermo
Salga de la fiebre, recibiendo
los húmedos sueños de un rey Azteca.
XV
Hermanas del unicornio, bailad
Hermanas y hermanos de la Pirámide
Bailad
Manos magulladas
Historias de los Viejos Tiempos
Descubrimiento de la Fuente Sagrada
cambios
El grito de la nena inmóvil de manos mudas
El perro salvaje
La bestia sagrada
¡Encontradla!

Los valores que utiliza Morrison son ambivalentes: el amor resulta del odio, el placer viene después del dolor, la vida solo adquiere verdadera dimensión a partir de la muerte, el ímpetu salvaje es el ímpetu humano; y una vez más aparecen los temas del sexo, la ciudad, el asesinato y, por supuesto, la muerte.

V
Caída abajo.
Los dioses extraños llegan en rápidas actitudes enemigas.
Sus camisas son suaves matrimonio de tela y cabello juntos.
A lo largo de sus brazos los ornamentos cubren todas las venas más azules que la sangre
que finge la recepción.
Los ojos suaves del lagarto conectan.
Los suaves gritos desecados del insecto erigen el nuevo miedo, donde reinan los horrores.
El crujir del sexo contra su piel.
El viento retira todo el sonido.
Estampa su testigo en la tierra castigada.
XXVI
La bala del asesino
se casa con el Rey
engañando a millas de aire
para besar la corona.
El Príncipe se tambalea ensangrentado.
Oda al cuello
que se engalanó
con la túnica de la violación.
XXXII
Los artistas del Infierno
instalan sus caballetes en los parques
el terrible paisaje
donde ciudadanos experimentan un ansioso placer
al ser víctimas de salvajes bandas de jóvenes.
No puedo creer lo que está pasando
No puedo creer que toda esa gente
se huelan unos a otros
y retrocedan
enseñando los dientes
los pelos de punta, gruñendo, aquí
en el viento asesinado.
Soy un asesino fantasma
testigo de toda
mi santa represión
Así es
se acabó la diversión
la muerte de la alegría
ha llegado
XXXIII
Asesino del fotomatón
bandido frágil
sincero desde la emboscada.
¡Mátame!
Mata al niño
que te hizo.
Mata al provocador
senador de la lujuria
que te trajo a este estado.
Mata al odio
a la enfermedad
mata a la guerra
y a la tristeza.
Mata a la maldad,
mata a la locura.
Mata a la foto a la madre al asesino y al árbol.
Mátame a mí.
Mátate.
Mata al duendecillo ciego.

En The New Creatures Morrison hace reflexiones concisas que lo revelaron como un escritor alucinógeno, dramático e impúdico; pero este trabajo también comenzó a mostrarlo como un poeta brillante. Sobre su poesía Jim comentó:

Si mi poesía pretende algo,
es liberar a la gente de su limitado modo de ver y de sentir.23

La guerra de Vietnam, la ciudad de Los Ángeles, el amor, e incluso el racismo, eran los recursos en los que se asentaba la inspiración de Morrison para elaborar unos poemas que denotaban cierta inocencia malévola. Sobre el racismo, tema de recurrente presencia en toda su obra, en The New Creatures Jim expresaba:

XXI
Vi un linchamiento
Conocí a los extraños hombres de los pantanos del sur
Los cipreses eran su conversación
El reclamo de los peces y el canto de los pájaros
Raíces y señales totalmente desconocidas
Casualmente estaban allí
Guías para los dioses blancos.24

Además, en un fragmento de uno de los poemas grabados el 8 de diciembre de 1970, Jim volvería a hacer referencia a esta temática:

Perdonadme, negros
Vosotros que os unís, mientras yo me aterro y lentamente caigo en la oscuridad. 25

Asimismo, en un fragmento de la canción “The WASP” (Texas Radio & The Big Beat), Morrison vuelve a abordar el tema:

Los Negros en el bosque brillantemente emplumados
Ellos dicen “olvida la noche,
Vive con nosotros en el bosques de azur
Aquí fuera en el perímetro no hay estrellas
Aquí fuera estamos borrachos, pero inmaculados”.26

En The New Creatures Morrison incluye numerosas citas sobre la ciudad de Los Ángeles, de entre las que destacan las siguientes por su aspereza:

XII
La ciudad. Colmena. Telaraña, o montón
de insectos dividido en dos. Ciudadanos todos herederos
de la misma familia real.
La bestia enjaulada, el centro sagrado,
un jardín en medio de la ciudad.
XXVII
Ciudad del cáncer
Declive urbano
Tristeza veraniega
Las autopistas de la vieja ciudad
Fantasmas en coche
Sombras eléctricas
XXVIII
La ciudad duerme
y los niños desdichados
rondan c/ brigadas de animales.
Parecen hablar
con sus amigos
los perros
que les indican rastros a seguir.
¿Quién puede atraparlos?
¿Quién puede hacerles entrar?

Sin embargo, una de las referencias más conocidas de Morrison acerca de Los Ángeles se encuentra en la canción “L. A. Woman”, donde hace una alegoría de la ciudad:

¿Eres una pequeña chica con suerte en la ciudad de la luz
o solo otro ángel perdido?
Ciudad de la luz
Ciudad de la luz
Ciudad de la luz
Mujer de Los Ángeles, Mujer de Los Ángeles,
Mujer de Los Ángeles, tarde de domingo
Mujer de Los Ángeles, tarde de domingo
Mujer de Los Ángeles, tarde de domingo
Maneja por los suburbios
Para entrar en el Blues
Veo que tu cabello está en llamas
Las colinas están llenas de fuego
Si te dicen que nunca te he amado
Sabes que ellos están mintiendo
Manejando por las autopistas
Vagando por los callejones a media noche
Policías en autos, los bares topless
Nunca vi a una mujer…
Tan sola
Motel, asesinato, locura
Vamos a cambiar el humor placentero a la tristeza.27

Además de la literatura, tras el disco grabado con The Doors The Soft Parade Jim se dedicó a la realización de la película HWY, un cortometraje de quince minutos para el cual él mismo había escrito el guión y en cuya fase de realización contó con la ayuda de Frank Lisciandro, Babe Hill y Paul Ferrara.

Estrenada en un festival cinematográfico de Vancouver, Canadá, la cinta obtuvo una aceptación favorable por parte de la crítica especializada, que la definió como “una gran película que debería proyectarse en todas las ciudades de América, aunque probablemente no la seleccionaría ninguna distribuidora por ser demasiado real”. No obstante, cuando HWY fue exhibida en el festival de cine de San Francisco fue rechazada tanto por el público como por los medios, debido a la corriente de animadversión que existía hacia Jim en los Estados Unidos provocada a raíz de los constantes disturbios durante los conciertos de The Doors.

En el cortometraje HWY Morrison trata el tema del asesinato y la carretera, tema que también abordaría en su poesía y en sus canciones:

Soy un asesino fantasma presenciando toda mi bendita nación.
Así es, se acabó la diversión, la muerte de toda alegría ha llegado.28
*
Hay un asesino en la carretera
Su mente se retuerce como un sapo
Coge unas largas vacaciones
Deja a tus niños jugar
Si tú le llevas a este hombre
Dulce familia morirá
Asesino en la carretera, yeah29
XXXII
Soy un asesino fantasma
testigo de toda
mi santa represión
Así es
se acabó la diversión
la muerte de la alegría
ha llegado30

The Lords and The New Creatures

El 7 de abril de 1970 la editorial Simon & Schuster lanza The Lords and The New Creatures. Esta compilación es una mezcla de las dos obras que Jim había publicado anteriormente de manera privada, sin embargo, esta edición no incluye tres poemas que habían aparecido en la edición original de Los Señores… La primera edición se imprimió con tapa dura, y el libro con tapa blanda aparece en 1971.

Para promocionar el lanzamiento del libro aparecieron anuncios en diversos periódicos y revistas. En una entrevista con Salli Stevenson en octubre de 1970, Jim Morrison señaló que “los libros de poesía no siempre la hacen bien en el mercado”, sin embargo, actualmente las ediciones originales de tapa dura son muy difíciles de conseguir. Versiones modernas de Los Señores y Las nuevas criaturas se encuentran disponibles en el mercado hoy en día.

Las ediciones originales de Los Señores: notas sobre la visión y Las nuevas criaturas fueron publicadas cuando, a raíz del incidente de Miami, la mayor gira programada por The Doors fue cancelada, haciendo que, irónicamente, Jim tuviera tiempo libre para dedicarse a sus otros intereses: el cine y la poesía.

Entonces, Jim creó su productora de cine, HWY Productions, y por sugerencia de su nuevo amigo, el poeta beat Michael McClure, autopublicó sus dos volúmenes de poesía, en ediciones limitadas.

Mientras que Los Señores… es una colección de interesantes reflexiones y aforismos acerca del cine, en particular, y de la visión, en general, es en Las nuevas criaturas donde comienzan a revelarse los verdaderos alcances poéticos de Jim Morrison.

En definitiva, tanto The Lords… como The News Creatures son dos óptimas referencias en las que se puede presagiar el temperamento determinado e iconoclasta de Morrison, las cuales, junto a An American Prayer (Una oración americana), su obra poética más lograda, lo encumbraron como una de las mentes más sagaces que ha habido en el rock.

En el próximo número hablaré acerca del poemario An American Prayer (Una oración americana), el trabajo de Jim Morrison más logrado como poeta: la publicación del libro, sus temas, la grabación de los poemas en su cumpleaños 27, la aparición de los poemas en disco, entre otras cosas.

Notas

1 Michael McClure es un poeta, dramaturgo, compositor y novelista americano. Nació el 20 de octubre 1932 en Marysville, Kansas. Muy joven se mudó a San Francisco donde encontró la fama como uno de los cinco poetas (incluyendo a Allen Ginsberg) que en 1955 participaron en la lectura de la famosa San Francisco Six Gallery, mencionada en términos apenas ficcionalizados por Jack Kerouac en su novela The Dharma Bums, publicada en 1958 y donde McClure aparece como el personaje Ike O’Shay. McClure pronto se convirtió en un miembro clave de la Generación Beat y se inmortalizó como el personaje Pat McLear en la novela Big Sur, también de Jack Kerouac, publicada en 1962.

Jim Morrison y Michael McClure se conocieron y se hicieron amigos en la gira europea de The Doors de 1968. McClure comenzó a leer algunos de los poemas de Morrison y le gustaron mucho, fue él quien pasó la voz a los poetas Beats que Morrison era poeta también.

Michael McClure era ya un poeta conocido en Norteamérica, era amigo de Bob Dylan, Allen Ginsberg, Janis Joplin, Timothy Leary, se movía en la crema y nata de la contracultura americana como quería.

McClure fue quien motivó a Jim para que publicara sus textos poéticos; también quería que Morrison apareciera en una versión cinematográfica de su obra El Barba, como Billy The Kid. Además, McClure y Morrison también trabajaron en el guión de McClure El adepto.

Por otro lado, McClure después colaboró con el tecladista de los Doors Ray Manzarek en su proyecto “Amor de león” y apareció en el film de Manzarek Love Her Madly.

Por último en el libro más vendido de The Doors Nadie sale vivo de aquí, escrito por Danny Sugerman, el prólogo fue escrito por el propio Michael McClure.

2 Morrison, Jim (2015). The Lords: Notes on Vision (Los Amos: apuntes sobre las visiones). La Habana: Arte. P. 45.

3 Morrison, Jim (1998). Una plegaria americana y otros poemas. Barcelona: Plaza & Janes Editores. P. 49. Selección y traducción de Ana María Moix.

4 Morrison, 2015: 7.

5 Id., p. 7.

6 Id., p. 22.

7 Id., p. 29.

8 Id., p. 25.

9 Id., p. 18.

10 Id., p. 21

11 Id., p. 10.

12 “La celebración del lagarto”, Jim Morrison, poema publicado en el interior de la funda del tercer disco de The Doors, Waiting for the Sun (Esperando al sol), Elektra Records, 1968.

13 El voyerismo o voyeurismo es una conducta que puede llegar a ser parafílica, caracterizada por la contemplación de personas desnudas o realizando algún tipo de actividad sexual con el objetivo de conseguir una excitación sexual (delectación voyeurista). La actividad del voyerista no implica ninguna actividad sexual posterior. (El Diccionario panhispánico de dudas recomienda usar la voz voyerista en lugar del híbrido voyeurista). Una traducción literal podría ser “mirón” u “observador”, con la connotación peyorativa del caso. En la práctica, la persona voyerista suele observar la situación desde lejos, bien mirando por la cerradura de una puerta, o por un resquicio, o utilizando medios técnicos como un espejo, una cámara, portátil con linterna pegada debajo de la mesa, etc. La masturbación acompaña, a menudo, al acto voyerista. El riesgo de ser descubierto actúa, a menudo, como un potenciador de la excitación. A la tendencia voyerista se le asocia frecuentemente la tendencia exhibicionista, esto es, disfrutar mostrándose, más o menos abiertamente, semidesnudo o completamente desnudo. Ambas conductas poseen un fuerte componente compulsivo, irrefrenable. https://es.wikipedia.org/wiki/Voyerismo.

14 Morrison, 2015: 23.

15 Id., p. 14.

16 Id., p. 22.

17 Id., p. 19.

18 Id., p. 43.

19 Id., p. 8.

20 Id., p. 32.

21 Wilderness… p. 127.

22 Morrison, 1998: 41.

23 López, Andrés (1997). Jim Morrison & The Doors. Valencia: La Máscara. P. 118.

24 Morrison, 1998: 48.

25 Poema grabado en el cumpleaños 27 de Morrison en Village Records de Los Ángeles, y que aparece en el disco An American Prayer, publicado en 1978.

26 “The WASP (Texas Radio & The Big Beat)”, del disco L. A. Woman, Elektra, 1971.

27 Canción “L. A. Woman”, del disco del mismo nombre, Elektra Records, 1971.

28 Morrison, 1998: 56.

29 Canción “Riders on the Storm”, del disco L. A. Woman, Elektra Records, 1971.

30 Morrison, 1998: 56.

Este texto forma parte del libro Jim Morrison, poeta (una oración americana por el Rey Lagarto). Análisis temático de la poesía de James Douglas Morrison de Julio Alberto Valtierra, que próximamente será publicado por Editorial Olvido.


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