Logo

Homenajes

Adriano de San Martín Costa Rica

Las casualidades no existen: un 31 de enero, en años diferentes, nacieron Jorge Debravo (1938-1967) y Luis Ferrero Acosta (1930-2005). El primero, poeta parteaguas, por tanto ineludible; el segundo, de los grandes e imprescindibles intelectuales costarricenses del siglo XX. He aquí un homenaje:

Jorge Debravo

El machetazo despedazó, ciertamente, la motocicleta.
Pero yo no pregunto por ella.
Pregunto por las palabras que se trizaron en el aire,
las impronunciadas, las impronunciables.
Pregunto por los niños abandonados en las calles,
las madres sin techo ni lecho en la vorágine
de un tiempo que se lleva también la poesía y sus comandantes.
Pregunto por los trabajadores humillados por el hambre.
Y por tus manos esculpidas en la sangre.
Por aquella manera de contrapuntear sin monumento,
pero acompañado por la noche en su ropaje de incienso.
Y por los fusiles que nos asesinaron,
las bayonetas caladas que continúan destazando
bajo las bombas de racimos y los misiles interoceánicos.
Pregunto por vos hermano hombre de las locuciones populares,
vos compañero de viaje trunco en alamedas y hospitales.
Es por vos hermano mayor, no por el cuerazo de agosto.
Por tu voz en esta aldea de sombras y vapuleos.
Porque ahora viene la tormenta y el pequeño grande país que amaste
se nos escapa como el sueño del agua entre las manos.
Se nos escapa como vos hermano, como tu voz…
Pero permanece en la lucha cotidiana de la resistencia
organizada por los poemas de acero en la tierra profanada.
Aquí estás hermano, con los constructores del viento.
Aquí vas, con la trova de cantores solidarios.

(Del libro San José Varia)

Luis Ferrero in memoriam

Llega el día de la ausencia Maestro, tan anunciada tantas veces. Y no la combatiste, como lo indicaba tu sabiduría. Porque la sapiencia más alta es saber morir luego de batallar en la existencia. Bien que lo sabías: los falsos letrados, los pusilánimes, como siempre, ya te habían matado. Pero insistías como si nada, como si todo, así se te iba la vida. Indagando imaginabas, comparabas, trazabas. Pueden, por ello, refocilarse los burócratas, los políticos, esos que te birlaron la compensación meritoria para acarrear la historia que renovaste con la prehistoria. Los que te negaron magisterio en las facultades porque temían perder sus nichos, o hacer el ridículo. Deben estar radiantes en sus cubículos de mediatinta, serruchada de piso y jornal de arriero. Aunque no te concedan siquiera luto, porque lo sabemos Maestro, no concederán nada: sabedores de que lo diste todo, lo dijiste casi todo, te chuparán la savia sin citarte. Así fue siempre.

Como los profetas, los iluminados, creíste y creaste y lo entregabas para hacernos crecer. Como argamasa de genio con gnomo, tal y como solía retratarte el poeta Alfonso Chase. Así era tu profunda labor. Por esa ciencia de los magos, por esa entereza de los probos que acarrearon la estafeta, esto es un conjuro para que tu voz permanezca. ¿Nos alcanzará tu dignidad cósmica, tu fortaleza de centella, tu gay saber, tu invectiva de juiciosa algarabía? Necesitaremos el pararrayos de tus dicciones en esta cerrazón que amenaza con los salobres hachazos de la niebla…

(Del libro Kabanga)


Jumb13

La familia chilena es peligrosa

Gustavo Barrera Calderón Chile


Jumb14

¿Escuchaste?

Ana Romano Argentina