Puertas a la obscuridad      Raúl Caballero García

La migraña altera las venas con un destello lisérgico
La mirada se dilata apremiada por su intensidad
            encuentra esa luz que la ciega
            ominosa y contradictoria:
            A cada momento más y más intolerable
            impetuosa, llaga del cielo
            sin puerta a la obscuridad

Hasta que el día deja de existir, se pierde en minutos milenarios
Uno lo sabe sin pensar, sin razón
La obscuridad es refugio, estancia sinuosa, túnel piadoso

Los sonidos, ondulados, se distorsionan
            ásperos y chirriantes se extienden en las vías del dolor
            ese tranvía campante y sin tiempo

Lo cotidiano ya es un imposible

Ya son horas en este tránsito a otra instancia de realidad
donde esta hendidura de noble obscuridad se abrió
            ensanchamiento de sombras
            que sin embargo dejan ver aterradoras profundidades
            de luz

Hay que bajar hasta alcanzar alguna nube que disipe los aromas indeseables
alguna bocanada de almohadas que apaguen el ruido y abran una noche sin estrellas
Hay que caer hasta alcanzar nuevas constelaciones de silencio
                   que guíen la implosión de pesadillas

            Sueño abismal

Una salida entre sudores helados y súbitos ardores
Abrir los ojos y repasar, mirada limpia, el campo de batalla

La cama revuelta

Cultura

Deshacerte | Predicción

Carmen Padilla Arreguín

Leer

Cultura

Dios ajeno

Andrea Avelar Barragán

Leer